Austria: Maravillas de Austria y Baviera

Es difícil en la época imperial, sin imaginarse en las grandes recepciones, los chaqués, los vestidos de diseño, los tocados, los manjares de otras latitudes escrupulosamente preparados, las lámparas de cristales, las escalinatas de mármol y, cómo no, los carruajes. El Museo de Carruajes de Viena acoge una exposición sin parangón en materia de carruajes y vehículos de todo el mundo de entre los siglos XVIII y XIX.

No solo encontrarás carruajes tradicionales, sino también sillas, carrozas y trineos que han servido como medio de transporte a personajes de la historia. Es una forma extraordinaria de adentrarse en la vida burguesa del Austria más imperial: sus coronaciones, sus bodas, formas de viaje e incluso cortejos fúnebres. Entre las curiosidades que alberga este museo están la carroza del hijo de Napoleón, la carroza de la coronación de los Habsburgo o un automóvil del año 1914 extraordinariamente conservado.

No cabe duda de que la tarta Sacher nació en la capital autríaca y que el creador, Franz Sacher, dio con la receta que la hizo popular en el año 1832. Sin embargo, su popularidad fue alcanzada posteriormente, cuando su hijo, Eduard, la comenzó a comercializar en dos lugares de renombre, la pastelería Demel (en la calle Kohlmarkt 14) y en el prestigioso hotel Sacher (en la Philharmoniker Str. 14).

Este es el motivo por el que ambos lugares se llevan disputando durante siglos ya la autoría de la receta original y, hoy por hoy, siguen siendo los mejores lugares donde dejar que esta mezcla de bizcocho de primera, finísimas capas de mermelada de albaricoque y suculento glaseado de chocolate negro se derrita en tu boca, acompañado de una exquisita bolita de crema chantilly. Lo mejor es que te des el capricho y pruebes ambos para emitir tu propio juicio.

Viena destila música por cada esquina y es que, independientemente de tu estilo de música favorito, la capital austríaca va a saber satisfacerte. Sus cientos de locales, teatros, centros de espectáculos y lugares alternativos albergan decenas de planes en torno a este arte que la ciudad ha sabido mimar, cuidar, explorar y llevarla a su máximo esplendor. ¿Quién no ha oído hablar o visto en la televisión el popular concierto de Año Nuevo? Pues bien, si quieres vivir algo similar, acércate a la Gran Sala Musikverein, popularmente conocida como Sala Dorada, donde se interpretan con regularidad complejas piezas de música clásica.

En la Wiener Konzerthaus, podrás encontrar carteles de espectáculos de música que van desde piezas de la Edad Media, el Renacimiento, de jazz e incluso de músicas del mundo. La Catedral de San Esteban o la iglesia de San Carlos también alojan interpretaciones de primer nivel y la acústica de estos lugares sacros hace el resto para dejarte sin palabras. ¿O qué tal dejarte caer por la Ópera Nacional? El programa es muy variado y con precios para todos los presupuestos. Si tienes pensado deleitarte con algún espectáculo de índole musical en Viena, consulta los programas con anticipación, para conseguir las mejores ofertas y asegurarte de que no te quedas sin entradas.

Los monjes agustinos guardan uno de los secretos más codiciados de la región, la receta de una de las mejores cervezas del mundo. Y es que el monasterio Augustiner Bräustübl lleva destilando y elaborando esta espesa y burbujeante cerveza desde el año 1621. Desde entonces hasta ahora, la elaboración es tradicional y artesanal. En la zona se disfruta de un ambiente distendido y acogedor, donde los visitantes pueden sentarse a degustar el oro líquido de la región, acompañado de algunos de sus platos típicos, como el codillo, las típicas salchichas, la mantequilla de anchoas o los pretzels. En función del clima, podrás disfrutar de su bier garten (jardín de cerveza) o en uno de sus salones monacales. ¡Pero no te sorprendas si te tienes que sentar a la mesa con completos desconocidos!

Estos salones disponen de enormes mesones de madera que pueden acoger hasta a 50 personas. Por lo que, lo importante es encontrar hueco, y hacer nuevos amigos. Hay varias maneras de llegar hasta el monasterio destilería, pero la más recomendable puede ser la subida al Mönchsberg, donde además de disfrutar de un agradable paseo al aire libre, obtendrás unas vistas incomparables. Es la mejor manera de abrir el apetito.

Independientemente de si eres amante de la música clásica o no, hay cosas que no se pueden discutir, como que Mozart es un talento difícilmente comparable y que el valor de sus composiciones perdura hasta hoy.

Por ello, una de las visitas más personales que te ofrece la ciudad de Salzburgo es un recorrido por el que fue hogar del compositor, donde vivió con sus padres y hermana, hasta que cumplió 26 años en el año 1773. Toma nota: Getreidegasse, 9, tercera planta. Estas son las coordenadas de la hermosa vivienda burguesa de la familia del niño prodigio y que hoy es hijo predilecto de la ciudad. Durante la hora que dura el recorrido por las dependencias de la casa, descubrirás muchos datos interesantes del músico: sus objetos personales, el violín original con el que aprendió a tocar, cartas familiares, retratos originales, elementos que trajo de sus viajes, así como información relacionada con su misteriosa muerte.

Innsbruck es un destino fabuloso por sí mismo. Sin embargo, cuando descubrimos el entorno natural que lo enmarca, nos quedaremos enamorados para siempre. Los Alpes rodean esta ciudad y la manera más rápida y cómoda de coronar la cordillera más cercana, Nordkette, es con el funicular o tranvía aéreo que sale con regularidad desde la estación Congress, muy cerca del Palacio Imperial de Innsbruck. En menos de 20 minutos estarás en pleno corazón del Parque Natural de Karwendel, en los Alpes.

Las vistas son sencillamente espectaculares. Si te gusta el senderismo y la naturaleza, te recomendamos que te unas a alguna excursión que sale desde las estaciones superiores, para adentrarte en el corazón alpino de la mano de expertos en la zona. Eso sí, asegúrate de que llevas ropa adecuada a la estación; es decir, en verano hace frío y en invierno, frío extremo. Vete bien abrigado; sobre todo si tienes pensado pasear por este paraíso helado.

Cuando pensamos en las aldeas tirolesas, es inevitable que venga a nuestra mente la inolvidable Heidi. No parece posible que en pleno siglo XXI aún sea posible disfrutar de estos paisajes, esas casas de madera engalanadas con balcones floridos, cumbres nevadas, extensos pastos sin final, vacas y ovejas disfrutando del entorno y aire puro.

Sin embargo, Alpbach es todo esto y mucho más. Con los años se ha ido ganando la fama de pueblo más bonito del Tirol por algo: sus vecinos compiten por tener los balcones mejor arreglados, sus tejados con una inclinación perfecta de 45 grados y las ventanas, con sus correspondientes contraventanas, nos harán sentir protagonistas de un cuento irreal. Los dos únicos edificios que destacan por romper con la estética homogénea del pueblo son la Iglesia del siglo XIV y el palacio de congresos.

Lucerna es una ciudad de claro corte medieval y romántico, que está bañada por el lago de los Cuatro Cantones. Desde su puerto, podrás tomar uno de los diversos barcos que te llevarán a disfrutar de un día maravilloso por los cuatro cantones que dan nombre al lago: Uri, Unterwalden, Lucerna y Scwyz. Los paisajes que se observan desde estos cruceros recuerdan a los de los fiordos noruegos, pero, por supuesto, con un clima más amable. Sin duda, es una experiencia inolvidable que ofrece una perspectiva nueva de la región, desde el agua.

Las montañas alpinas nos rodean entre cumbres nevadas, cascadas, aldeas antiquísimas, bosques milenarios y bucólicas praderas. A bordo podrás comer y beber y, con un poco de suerte, disfrutarás de un espectáculo musical. Menudo recuerdo, ¿no? Si vas a estar varios días en Lucerna, podrás tomar más de un crucero, ya que cada uno sigue un itinerario diferente. Es importante tener en cuenta que, en invierno, es posible que el servicio de cruceros se vea interrumpido si el lago está helado.