Holanda: Países Bajos

Viajar a Ámsterdam y no subir a una bici es como visitar a París y no ver la Torre Eiffel. Impensable. En la capital holandesa el vehículo oficial es la bicicleta. Ámsterdam es una ciudad hecha por y para los ciclistas, y los holandeses están tremendamente orgullosos de ello.

Prepárate, viajero, para encontrarte una ciudad repleta de bicicletas y de carriles bici, pero también una ciudad en la que el respeto hacia los ciclistas es máximo. Así que, siéntete a gusto, coge una bicicleta y disponte a pedalear por la ciudad. Hay multitud de tiendas de alquiler de bicicletas repartidas por toda la ciudad, por lo que no te resultará difícil conseguir una a la que te puedas subir de inmediato. Ámsterdam es una ciudad preciosa, pero también por sus alrededores, repletos de castillos, campos de tulipanes, molinos de viento y diques. ¿Hemos dicho ya que la mejor forma de descubrir la ciudad es en bicicleta?

Fue la respuesta a la falta de espacio para viviendas en Ámsterdam y hoy se han convertido en un icono de la ciudad. Hablamos de las casas flotantes de Ámsterdam que encontraréis amarradas en los canales y que seguro vais a fotografiar. Son las woonark. Os llamarán la atención porque son bonitas, pintorescas y muy diferentes. Algunas tienen más de cien años y se han restaurado para servir de alojamiento. Se calcula que hay más de 2.500 barcazas de este tipo y la mayoría están flotando en los canales de la ciudad.

Las más lujosas, como ocurre con las casas, están en barrios top como el Jordaan. Una curiosidad: la mayoría no tienen motor, pero están cuidadosamente amuebladas, climatizadas y con balcones de flores frescas. Se necesita un permiso especial para tener este amarre y están tan buscados como cualquier casa con muros de piedra en la zona antigua de la ciudad.

El parque temático de Madurodam se construyó como homenaje a un héroe de guerra: George Maduro, que falleció en un campo de concentración nazi. Fueron los padres de Maduro quienes tuvieron la idea de levantar esta ciudad en miniatura, a la que pusieron el nombre de su hijo, y establecieron que los beneficios de la atracción se destinarán a causas benéficas. ¿Es posible meter un país entero dentro de una ciudad? Sí, y además existe. Está en La Haya y se llama Madurodam. Se trata de un parque temático que reproduce, en miniatura y a la perfección, algunos de los lugares más icónicos de Holanda.

Con miles de maquetas elaboradas a una escala de 1:25, Madurodam permitirá a los viajeros más aventureros recorrer en unas horas un país entero. Los modelos de objetos y edificios son réplicas exactas de las originales, incluyendo campos de tulipanes, estaciones de ferrocarriles, jardines, plazas y mercados…

En todo viaje, siempre hay un momento que dedicamos a conseguir los souvenirs más preciados de la ciudad. Para nosotros o para quienes nos esperan a nuestro regreso a casa. Así que, viajero, sigue leyendo para que cuando llegue ese momento, sepas qué comprar. En los Países Bajos hay muchos productos que son típicos, pero por algún lado se tiene que empezar a buscar.

En Delft, por ejemplo, la cerámica azul. A pesar de que fueron varias las fábricas de Holanda que elaboraban este tipo de cerámica, hoy en día sólo queda una en pie: la Royal Delft. Y qué decir de los famosos zuecos holandeses, que puedes encontrar sobre todo en los pueblos marineros de Zaanse Schans y Volendam. En Ámsterdam, la capital, encontrarás todo tipo de tiendas, pero si eres de los que prefieren comprar al aire libre, no te pierdas los mercados de segunda mano, de alimentación, etc. Apunta: Albert Cuyp, Waterlooplein, Noordermarkt y, por supuesto, el mercado flotante de flores.

Si hay algo que gusta a los viajeros son los mercadillos al aire libre que se instalan en las plazas de las ciudades. Es una buena manera de disfrutar del ambiente, mezclarse con los residentes que hacen sus compras semanales y tener a mano los productos típicos de la región a buen precio y calidad. En Brujas, casi todos los días de la semana es día de mercado. Un día a la semana, se instala en la gran plaza central o Grote Markt el mercado de comida.

Los sábados, en las plazas ‘t Zand y Beursplein, el mercado general toma las calles con puestos de comida, flores y mucho más. Los domingos, se instala el Veemarkt en la calle Koningin Astridlaan. Y de miércoles a sábados hay pescado fresco y platos preparados en Vismarkt.

Se construyó en el siglo XV pero hoy en día todavía sigue dando servicio a los amantes de la carne. Si tú, viajero, lo darías todo por una buena pieza de carne, apunta este lugar en el mapa con una gran cruz roja: la Groot Vleeshuis, situada en Groentenmarkt, 7 (lonja de la carne). Fue diseñada por Gilles De Suttere y su estructura tan particular, compuesta mayoritariamente de vigas de madera, responde a una necesidad específica: asegurar la frescura y la calidad de la carne dentro de la lonja. Porque en el siglo XV todavía no existían los métodos modernos de refrigeración con que contamos hoy en día…

La lonja de la carne de Gante sigue siendo un mercado, pero en su interior el viajero también encontrará un restaurante, una sala de degustaciones y un bar de tapas. En este peculiar lugar, si miras hacia el techo no verás farolas. Cientos de jamones curando cuelgan desde arriba con una cuerda, aportando un olor muy peculiar a la estancia. ¡No dudes en probar el Ganda Ham, viajero!

Amberes acoge la Real Academia de Bellas Artes, una de las más reconocidas y antiguas junto a las de Roma y París y que ya ha cumplido 300 años. En Amberes oiréis hablar de ‘los seis de Amberes’. Se trata de seis diseñadores que se graduaron en 1980 y 1981 en el Departamento de Moda de la Real Academia de Bellas Artes de Amberes y marcaron un antes y un después en las tendencias de moda y en el reconocimiento internacional de la ciudad. En la ciudad destacan museos dedicados a la moda como el MoMu (que abrió sus puertas en 2002), el MAS y el Real Museo de Bellas Artes de Amberes.

Aquí hay boutiques de vanguardia, marcas reconocidas internacionalmente y jóvenes diseñadores que establecen sus laboratorios en la ciudad para buscar (y encontrar) inspiración para sus creaciones. Para ir de compras lo tendrás fácil porque la ciudad es muy accesible andando y hay tiendas de todos los estilos y para todos los bolsillos, mercados semanales y centros comerciales.

En Bélgica, Holanda y Alemania los viajeros amantes de la cerveza descubrirán cientos de marcas, variedades y cervecerías artesanas. Sin duda es la bebida nacional. En Bruselas, la cervecería Delirium es una atracción en la ciudad; un local de tres pisos donde sirven casi 3000 marcas de cerveza diferentes. En Brujas, una red de tuberías transporta la cerveza desde la fábrica de Halve Maan, en pleno centro de la ciudad, hasta la planta embotelladora, situada a unos tres kilómetros en las afueras. Cervezas como la Brugse Zot y la Straffe Hendrik fluyen como si fueran agua de grifo. Descubriréis que la frase es literal. ¡Buscad los grifos en algunas de las callejuelas de Brujas y llenad los vasos!

Algo similar ocurre en Lovaina, donde la famosa Domus conecta la cervecería al restaurante a través de tuberías, así que la cerveza llega directa al grifo sin necesidad de transportarla. Lovaina es considerada la capital de la cerveza de Bélgica y es la sede de AB Inbev, una de las fábricas cerveceras más grandes del mundo que produce, entre otras, la Stella Artois.