Croacia: Gran Tour de Croacia con Istría
Mil paisajes y experiencias en dos países
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- Duración
- 8 días
- Tipo de circuito
- Circuito
En unas pocas décadas, Eslovenia y Croacia han conseguido dejar atrás buena parte de las heridas provocadas por la Guerra de los Balcanes y resurgir cual Ave Fénix regalando al viajero toda la esencia de una tierra que une historia milenaria, determinada por el papel de encrucijada entre la Europa Central y el Mediterráneo y entre Oriente y Occidente. El mejor exponente de este renacimiento tras la guerra es la primera estación de tu viaje, Dubrovnik, que ha recuperado todo el esplendor medieval que la convierte en una de las ciudades más espectaculares de Europa. A orillas del Adriático, esta urbe Patrimonio de la Humanidad por la Unesco te ofrecerá un casco histórico de película, que te permitirá viajar instantáneamente al Medievo mientras paseas por sus calles y plazas. En la siguiente parada de tu recorrido por Croacia viajarás también al pasado, pero el reloj de tu máquina del tiempo se volverá un poco loco. ¿Edificios medievales dentro de un palacio romano? Sí, todo es posible en la capital dálmata, donde el casco histórico se desarrolló en el interior del palacio que el emperador romano Diocleciano se construyó para retirarse tras su jubilación. Su obra se conserva en muy buen estado y, además, se entremezcla con todas las construcciones posteriores, lo que otorga al centro de Split un carácter único, que no encontrarás en ningún otro lugar del mundo. En la cercana Trogir tendrás la sensación de caminar por dentro de un museo al aire libre porque en su casco histórico amurallado casi todo lo que vas a encontrar en un monumento.
“En Split, el reloj de tu máquina del tiempo se volverá un poco loco. ¿Edificios medievales dentro de un palacio romano? Sí, todo es posible en la capital de Dalmacia”
Tu ruta continúa en Sibenik, una ciudad muy relevante en la historia de Croacia, donde podrás darte un paseo por las empedradas calles de su casco histórico y visitar la bella catedral de San Jacobo, la única del mundo hecha completamente en piedra. Para completar la jornada, recorrerás Zadar junto a un guía local, que te enseñará el casco histórico de la ciudad, salpicado de ruinas romanas e iglesias medievales, como la iglesia de San Donato o la catedral de Santa Anastasia. Al día siguiente llega el momento de que cruces la frontera y te adentres en Eslovenia, pero antes no puede decirle ‘hasta luego’ a Croacia sin conocer la maravillosa obra de la naturaleza en los Lagos de Plitvice, el primer y más espectacular parque nacional del país, con 16 lagos y decenas de cascadas. Ya en Eslovenia, recorrerás con un guía local todos los rincones de su capital, Ljubljana, y cruzarás sus famosos puentes, como el de los Dragones. La primera jornada completa en tierras eslovenas concluirá en el que, de largo, es el lugar más visitado del país, las fabulosas cuevas de Postojna, donde encontrarás animales únicos en un entorno de kilómetros y kilómetros subterráneos llenos de estalactitas y estalagmitas. Antes de volver a cruzar la frontera, harás un alto en el camino en la segunda ciudad más importante de Eslovenia, Maribor. Para concluir tu viaje, descubrirás los principales atractivos de la capital croata, Zagreb, adentrándote en las coquetas calles de la Ciudad Alta y paseando por los edificios, parques y museos de la Ciudad Baja.
Vive experiencias únicas
Muchas ciudades tienen tradiciones o supersticiones que dicen que dan buena suerte, pero en el caso de Dubrovnik exigen auténtica pericia por parte del viajero. No es una simple cuestión de frotar algo o dar un par de vueltas, sino que hay que tener la habilidad de mantenerse de pie sobre una gárgola que sobresale de la pared.
Este simple gesto ya es de por sí difícil, pero es que la tradición completa reclama, además, quitarse la camiseta durante el esfuerzo. Según la leyenda, un joven infelizmente enamorado hizo un voto por el cual conseguiría la dicha en el amor si conseguía mantenerse en pie sobre esa gárgola, quitarse la camiseta y volvérsela a poner. Dice la leyenda que lo intentó una y otra vez, fracasando constantemente en sus intentos, hasta que un día consiguió su objetivo y, por fin, fue feliz en el amor. Si quieres conseguir la misma dicha que este joven, acude al monasterio franciscano y busca una de las gárgolas en forma de búho construidas para drenar el agua de la lluvia. Está cerca del suelo, así que podrás intentar subirte con facilidad. Otra cosa es mantenerse de pie…
El monasterio franciscano de Dubrovnik se llama Mala Braca en croata, lo que traducido al castellano vendría a ser ‘los pequeños hermanos’. El origen de este nombre hay que buscarlo también en las leyendas. Cuenta la historia que, nada más zarpar un capitán de barco a la mar, su mujer se dio cuenta de que estaba embarazada de cuatro niños. Como era algo inaudito, decidió quedarse sólo con uno y tirar al mar los otros tres. No tuvo valor para hacerlo, así que delegó en un sirviente que, al ir a cumplir con la orden, se encontró con el capitán que regresaba. Éste decidió salvarlos pero ingresarlos en el monasterio franciscano, encargándose de que no les faltase de nada. Según la leyenda, pasados los años, vistió a los cuatro niños con la misma ropa y los puso delante de su madre, que no supo reconocer al que ella había cuidado. Finalmente, los cuatro mozos fueron marineros y donaron buena parte de su fortuna a los franciscanos, lo que permitió construir la iglesia.
Split es la urbe más romana de toda Croacia. Qué esperar de una ciudad cuyo casco histórico se desarrolló dentro del palacio de un emperador romano que, además, se encuentra entre los mejor conservados del mundo. Pero si no has tenido suficiente con Diocleciano y su legado, sólo vas a tener que caminar unos diez minutos y acercarte hasta el norteño barrio de Spinut para visitar el Museo Arqueológico de Split. Es el más antiguo del país, porque se creó en 1820 –aunque su ubicación actual data de 1921- y desde entonces muestra uno de los mejores catálogos de piezas de la antigua Roma que se pueden encontrar en el mundo.
Allí vas a poder encontrar objetos de las épocas iliria, griega, paleocristiana y medieval, aunque como es lógico la joya de la corona son los restos de la época romana, extraídos casi todos de la ciudad de Salona, capital de la provincia romana. Hay de todo: cerámicas, esculturas, capiteles, sarcófagos, joyas, monedas, objetos de terracota vidriada. Las piezas más importantes del museo son tres sarcófagos pertenecientes a los siglos III y IV.
El precio del museo es realmente asequible, ya que la entrada sólo cuesta 20 kunas, es decir, 2,7 euros. Sólo cierra los domingos. El horario es de 9 a 14 horas y de 16 a 20 horas de lunes a sábado. Eso sí, entre octubre y mayo la tarde de los sábados también está cerrado.
A medida que te adentres en Sibenik, la ciudad te irá conquistando. Sus calles empedradas y sus edificios antiguos te llevarán hasta el nudo gordiano de su precioso casco histórico, la catedral de San Jacobo. Los habitantes de esta ciudad croata presumen de su principal iglesia, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2001, y subrayan que es la única del mundo construida enteramente en piedra, sin utilizar ningún elemento arquitectónico de madera.
Además, la catedral de San Jacobo es una perfecta muestra de la arquitectura gótica veneciana y la renacentista toscana como consecuencia de los 105 años, con interrupciones, que tardó en construirse, desde 1431 hasta 1536. El veneciano Antonio Dalle Masegne levantó el cuerpo inferior en estilo gótico y su sucesor, Juraj Dalmatinac cambió el plan inicial y le dotó de mayor importancia monumental diseñando el cuerpo superior renacentista. La obra se acabó años después de la mano de varios arquitectos, que siguieron el estilo puro del Renacimiento. Pese a los daños causados por el conflicto de los Balcanes, podrás comprobar que el templo permanece en perfecto estado.
En el interior, no te pierdas el impresionante baptisterio y el elegante presbiterio; y en el exterior, aprovecha para fotografiar el friso con 74 esculturas de la cabeza de los principales personajes públicos de Sibenik durante la construcción de la catedral.
En el centro de Croacia, a medio camino entre la belleza mediterránea de la costa dálmata y la capital del país, Zagreb, se encuentran los Lagos de Plitvice, una de las maravillas naturales más espectaculares de Europa. Casi 300 kilómetros cuadrados de Parque Nacional con 16 lagos, decenas de cascadas y cataratas y un mar de frondosos bosques que dan cobijo a una enorme variedad de especies animales, desde osos pardos hasta jabalíes o lobos, pasando por centenares de mariposas o aves.
Plitvice es el más antiguo de los ocho que hay en Croacia, ya que se creó en 1949, y treinta años después fue incluido en el listado de lugares Patrimonio de la Humanidad creado por la Unesco. La mejor opción para que lo visites es darte un paseo por la red de senderos que bordean los lagos e incluso pasan por detrás de las cascadas. No dejes de cruzar los puentes de madera que pasan de un lado a otro de las aguas y no te pierdas la excursión en barco por el mayor de los lagos, el Lozjak.
Los lagos de Plivitce fueron uno de los primeros escenarios de la Guerra de los Balcanes. Poco después de que Croacia declarase su independencia, en marzo de 1991, milicianos serbios ocuparon el parque y, cuando la policía croata trató de desalojarlos, se produjo la llamada Pascua Sangrienta de Plitvice. Al día siguiente, el ejército yugoslavo entró con sus tanques con el pretexto de mediar en el conflicto pero lo que realmente hizo fue expulsar a los croatas. Croacia no recuperó este territorio hasta 1995.
En primavera, las hayas y los abetos se encienden de color, multiplican los tonos verdes y brindan un paisaje extraordinario. Y en otoño, giran hacia los tonos ocres, rojos y amarillos
Maribor presume de contar con la vid más antigua del mundo. Y para ello cuentan con el aval del Libro Guinness de los Récords, que certifica que la Stara Trta fue plantada en la Edad Media y tiene al menos 400 años. Cuando llegues, la encontrarás protegida por una pequeña reja y con sus hojas extendidas a lo largo de la bonita fachada del museo creado en su honor.
‘La casa de la vid antigua’, situada en el barrio histórico de Lent, acoge varios acontecimientos anuales, además de un museo abierto todo el año, como el Festival de la Vid Antigua. De hecho, es probable que te encuentres con alguna celebración sobre el vino en Maribor, porque la segunda ciudad más grande de Eslovenia está situada en el centro de una región vitivinícola, como por ejemplo el Old Vine Festival, en el mes de octubre. Y si no, siempre tienes la posibilidad de visitar alguna bodega, hacer alguna cata o, simplemente, sentarte en una terraza a tomar uno de sus excelentes caldos.
Cada cierto tiempo, la vid más antigua del mundo tiene que ser podada, lo cual supone todo un acontecimiento.
¿Sabías que la Stara Trta tiene hasta un himno propio, que conocen todos los habitantes de Maribor? Si quieres conocerlo, sólo tienes que preguntar. Con las uvas de la vid más antigua del mundo se elabora una edición especial en botellas de 2,5 decilitros y con un largo cuello que representa la longevidad de esta vid.
No hay un lugar más visitado en Eslovenia que las cuevas de Postojna. Y así ha sido desde hace 200 años, porque este espectáculo natural es una de las atracciones turísticas más antiguas de Europa. Más de 37 millones de personas han paseado por este espectacular muestrario de estalactitas y estalagmitas que ahora se recorren en un cómodo y curioso tren, que te llevará a través de cinco kilómetros de túneles.
Nada que ver con los 300 metros que se podían visitar poco después de que Luka Sec las descubriese en 1818 -aunque las firmas del siglo XIII, XVI y XVII confirman que los habitantes del lugar ya habían explorado parte de estas impresionantes cavidades-. De hecho, en 1819, el archiduque Fernando I las recorrió y estrenó de este modo la vocación turística de la zona, que desde entonces ha aprovechado la llegada de los viajeros para mejorar las conexiones e impulsar el desarrollo y mejora de las cuevas.
Las cuevas de Postojna abren todos los días, incluso festivos, así que no tendrás problemas para visitarlas. Eso sí, ten en cuenta que los horarios de los recorridos por las cuevas varían en función de la época del año.
Ten en cuenta que la temperatura en la cueva está entre 8 y 10 grados centígrados, así que conviene llevar algo de ropa de abrigo, porque el recorrido dura hora y media.
No sólo hay dragones en Juegos de Tronos. También en Postojna y lo mejor que es éstos sí los podrás ver. Se llama olm o proteo, una salamandra albina ciega que se parece a un dragón y que habita las cuevas subterráneas de los Balcanes. Esta rara especie, protegida por ley en Eslovenia, tiene un olfato extraordinario y puede sobrevivir diez años sin comer. Vive 100 años, pero sólo se reproduce una o dos veces cada década.
Por eso hace poco medios de comunicación de todo el mundo se acercaron hasta Postojna para contarle al mundo un acontecimiento muy especial. Uno de los guías de las cuevas, Juan Pablo Maschio, había encontrado 60 huevos y, después de 124 días de incubación, estaban a punto de romperse. Así, el 30 de mayo de 2016 nació el primer bebé dragón, como los llaman en Eslovenia. Él y sus hermanos permanecerán en el acuario de las cuevas para permitir a expertos y visitantes contemplar su evolución.
El historiógrafo Janez Vajkard descubrió hace más de 300 años el olm o proteo, que desde ese momento se convirtió en el símbolo de la cueva. De hecho, fue el regalo ceremonial para visitantes ilustres como el emperador Francisco José y su esposa Sissí o el emperador japonés Hirohito, y una venta de alto valor para acuarios y zoos de todo el mundo.
Piérdele el miedo a los camposantos y descubre por qué el cementerio Mirogoj es una de las grandes atracciones turísticas de Zagreb. Monumentales tumbas, esculturas espectaculares y grandes espacios verdes convierten a este recinto en uno de los cementerios más bonitos del mundo. El famoso arquitecto Hermann Bollé lo construyó en 1876, aunque no acabó hasta 1929. Cuando llegues, descubrirás que es un museo al aire libre que ocupa la friolera de 30.000 metros cuadrados y que te permitirá escapar del ajetreo propio de una gran ciudad como Zagreb.
Una larga avenida divide en dos el recinto, que a su vez está separado en manzanas de árboles y arbustos. Tú eliges el recorrido para ir descubriendo monumentos funerarios, muchos de ellos creados por escultores croatas de renombre. Además, Mirogoj es una muestra de respeto religioso, ya que podrás encontrar símbolos católicos, ortodoxos o musulmanes, además de los restos mortales de personalidades históricas croatas y un monumento a los caídos en la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
El cementerio de Mirogoj está a las afueras de la ciudad, concretamente en la ladera de la montaña de Medvenica, aunque se puede llegar fácilmente en transporte público.
Descubre el itinerario
- Cena
- Dubrovnik
- Desayuno, Cena
- Dubrovnik
- Visita panorámica de Dubrovnik
- Desayuno, Cena
- Dubrovnik
- Desayuno, Almuerzo, Cena
- Split
- Panorámica de Split con entrada al Palacio Diocleciano y Catedral
- Desayuno, Almuerzo, Cena
- Trogir
- Sibenik
- Zadar
- Visita panorámica de Zadar
- Desayuno, Almuerzo, Cena
- Plitvice Seen
- Pula
- Visita al Parque Nacional de Plitvice
- Desayuno, Almuerzo, Cena
- Rovinj
- Porec
- Pula
- Visita Anfiteatro de Pula
- Panorámica de Rovinj
- Desayuno
- Pula
Conoce un poco más de Croacia
La cocina croata presenta cuatro grandes zonas. Por un lado, la región de Istria muestra grandes influencias italianas y presume de sus platos de pasta y sus ñoquis.
Por su parte, la gastronomía de Dalmacia se basa en productos llegados desde el mar cocinados con suaves matices venecianos, mientras que Eslavonia prepara los productos de sus fértiles huertas con pimientos y especias al estilo húngaro. Finalmente, en el centro de Croacia se nota la influencia austriaca con el schnitzel, los postres y los dulces. El pan y la abundancia de platos de pescado gracias a la abundancia de lagos, ríos y kilómetros de costa, unifican la cocina croata.
El visitante puede encontrar en Croacia un enorme surtido de productos artesanales para llevarse un bello recuerdo a casa. Así, se puede escoger entre muñecas vestidas con trajes típicos, bordados, objetos de madera, terracota, cerámica, etc.
También se pueden encontrar reproducciones de objetos romanos en Split y unos magníficos encajes en la isla de Pag. Además, Croacia se vanagloria de haber inventado la corbata, así que es uno de los mejores lugares del mundo para comprarse una. Como curiosidad, se puede optar por comprar un morcic, una figurita de un personaje negro con turbante, que es una joya exclusiva de Rijeka. Si optamos por el recuerdo gastronómico, también hay gran variedad: sacos de lavanda, excelentes quesos, mostaza, galletas o trufas.
• 1 de enero: Año Nuevo
•06 de enero: Epifanía del Señor
•Semana Santa: Domingo de Resurrección y Lunes de Pascua
•Corpus Christi
•22 de junio: Día de la Lucha Antifascista
•25 de junio: Día Nacional de Croacia
•05 de agosto: Día de la Victoria y la Gratitud Nacional
•15 de agosto: Asunción de la Virgen
•08 de octubre: Día de la Independencia
•01 noviembre: Festividad de todos los Santos
•25 de diciembre: Navidad
•26 de diciembre: San Esteban
Los cajeros automáticos están en todo el país y aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard, Maestro, Cirrus, American Express, etc.). También se aceptan tarjetas de crédito en la mayoría de los comercios, aunque puede haber algunos de pequeño tamaño donde sólo se acepten pagos en efectivo.
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
No hay ninguna vacuna que sea necesaria. Antes de realizar el viaje, se recomienda contratar un seguro privado. Los ciudadanos de la Unión Europea que dispongan de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) expedida por las autoridades sanitarias de cada país tienen derecho a una asistencia médica imprescindible, y la compañía de seguros no pagará el coste que supere el límite de esta asistencia imprescindible. Si el viajero debe ir al hospital, se recomienda acudir siempre con el pasaporte, la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) y las tarjetas de crédito. Si necesita más información puede ponerse en contacto con los servicios de la Seguridad Social o seguro médico privado de su país. Si requiere viajar o comprar algún medicamento, intente viajar siempre con el embalaje y la receta original expedida por su médico.
Los extranjeros quizá tengan que pagar por adelantado algún tratamiento médico que, posteriormente, les reembolsaran su compañía sanitaria ya sea pública o privada. Para ello, es necesario guardar toda la documentación y facturas originales.