Grecia: Atenas, Santorini y Mykonos
- Duración
- 10 días
- Tipo de circuito
- Circuito
¿Estás preparado para vivir algunos de los atardeceres más bellos de tu vida? En Atenas, podrás contemplar los tejados de la capital griega desde la espléndida Acrópolis o desde alguna de las colinas que rodean la ciudad. En Santorini, verás las casas de Fira u Oia, con su característica mezcla de blanco y azul asomándose al acantilado mientras el sol se oculta en el horizonte. Y en Mykonos, situado en el barrio de la Pequeña Venecia, divisarás los molinos y viviendas encaladas frente al mar en una postal de ensueño. Así que no te olvides la cámara de fotos porque la vas a necesitas, querido viajero. Nada más comenzar, podrás hacer muchas fotografías en el recorrido panorámico por las calles de Atenas. Arranca en la Plaza Syntagma, donde contemplarás el Parlamento y la tumba del soldado desconocido, frente a la que constantemente hay dos miembros de la Guardia Nacional patrullando. ¡Son un espectáculo que no te puedes perder! Date un paseo para ver edificios neoclásicos como la Academia, la Universidad o la Biblioteca Nacional, el estadio Panatenaico que acogió los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna o el Arco de Adriano, que servía de frontera entre la Atenas antigua y la nueva ciudad romana. Y para concluir, sube hasta la Acrópolis para, después de cruzar la puerta Propileos, disfrutar de cerca del templo de Atenea Niké, el Templo Erecteión o el Partenón.
“Disfruta de tres atardeceres únicos: dominando Atenas desde la Acrópolis o desde una de las colinas que rodean la ciudad; mirando a los acantilados en Santorini y entre callejuelas, iglesias y molinos en Mykonos”
Tu jornada en Atenas acaba como tú quieras, porque dispondrás de tiempo libre para diseñar tu propia ruta visitando un museo, buceando entre tiendas o probando la deliciosa gastronomía griega en una taberna típica. Y al día siguiente, ¡broncéate a babor! Comienza tu crucero, ése que te permitirá conocer dos de las islas más bellas de las Cícladas. Primero atracarás en Santorini, donde recorrerás a pie las calles blancas de su capital, Fira, acompañados de un guía local. Visitarás además diversos puntos de interés de la isla, como el bonito pueblo marinero de Oia o el yacimiento arqueológico de Afrotiri antes de desplazarte hacia Mykonos, la isla con más glamour de toda Grecia. Sumérgete en el laberinto de calles llenas de casas encaladas y pequeñas iglesias de su capital, visita el bonito barrio de la Pequeña Venecia y contempla las espectaculares vistas de los molinos. Después de explorar otros rincones de la isla, entre los que por supuesto se encuentran sus fabulosas playas, llegará el momento de decirle adiós mientras disfrutas del atardecer de tu viaje.
Vive experiencias únicas
La historia de la Acrópolis es muy intensa, pero para movida, la del templo de Atenea Niké. Y es algo literal, querido viajero. No en vano, el edificio diseñado por Calícrates y construido en mármol pentélico entre el 427 y el 424 a. C., ha tenido que ser desmantelado y vuelto a construir varias veces.
La primera vez fue en 1686, cuando los turcos quisieron usar su excelente ubicación para colocar un cañón. No fue hasta 1836 cuando empezó a reconstruirse otra vez con su sumo cuidado… y falta de criterios técnicos, porque 40 años después de su ‘resurrección’ en 1842 se desmontó entero otra vez porque la plataforma se venía abajo. Y por si fuera poco bullicio, en 2003 el templo volvió a ser desmontado pieza a pieza para restaurarlo fuera de la Acrópolis. Eso sí, no temas porque este pequeño y proporcionado templo que verás en lo alto de un risco en el borde suroeste de la Acrópolis está ubicado en el lugar original y siguiendo la estructura primigenia. Fíjate en el friso, donde encontrarás las escenas de la batalla de Platea en la que los atenienses vencieron a los persas.
Además de una ajetreada historia, el templo Erecteión tiene una leyenda negra previa a su construcción. Cuenta la mitología que el rey Egeo esperó en el lugar donde ahora encontrarás el templo a que su hijo Teseo regresara de Creta, donde tenía que matar al Minotauro. Teseo le prometió cambiar sus velas negras por unas blancas a su regreso, pero olvidó su promesa y Egeo, creyendo que su hijo había muerto, se tiró al mar.
Pláka es una de las zonas más animadas de Atenas. Y no es nuevo, porque esto ha sido así desde hace mucho tiempo. No en vano, es la zona habitada más antigua de la ciudad y conserva todo el carácter que el paso de los años ha otorgado a este barrio residencial tan animado en el que conviven atenienses y viajeros. Es verdad que encontrarás pocas casas anteriores al periodo otomano, pero comprobarás que aún se respira aire de tradición. ¿Sabías que se cree que el nombre de Pláka procede de la palabra pliaka, que es como denominaban a los soldados albaneses al servicio de los turcos que se asentaron en esa zona de Atenas en el siglo XVI?
Durante tu paseo por el barrio vas a encontrar una gran variedad de tabernas donde picar algo, tiendas de antigüedades y de todo tipo, un ambiente heterogéneo, producto de la mezcla de los visitantes y de los residentes porque, de hecho, ni siquiera la abundancia de viajeros ha borrado el carácter de barrio residencial de la zona. Y por supuesto, no te pierdas los monumentos, que los hay, especialmente sus iglesias. Toma nota, querido viajero: la Metrópoli o catedral de Atenas –más bien reciente, porque es del siglo XIX-, la Panagía Gorgoepíkoös, conocida como la pequeña catedral, y la Agios Nikólaos Ragavas, una iglesia bizantina del siglo XIII.
Siempre es un buen momento para bucear por las tiendas y tabernas de Pláka, pero si tu visita coincide en fin de semana y especialmente en domingo, obtendrás el doble de ambiente y encanto porque coincidirás con el momento álgido de lo que algunos llaman el mercado de pulgas, una amalgama de vendedores donde podrás encontrar casi de todo.
Si durante tu visita a Atenas te apetece tener una tarde de sol y playa lo tienes muy fácil. Estás en la capital europea con playas más próximas. Basta con que cojas un taxi o un tranvía desde Syntagma que en unos minutos estarás en la Riviera ateniense o Costa de Apolo, una zona de costa de 60 kilómetros hasta el cabo Sunion donde hallarás varias calas para bañarte.
La más próxima es Glyfada, que da nombre a un elitista barrio de la capital. Ten en cuenta que, en esta zona, las mejores playas son privadas, así que si quieres disfrutar de sus ventajas –además de la limpieza, están equipadas con tumbonas, sombrillas y otras comodidades- tendrás que pasar por caja. La más exclusiva es la playa de Astir, con deportes acuáticos, tiendas y restaurantes. Aunque si no quieres rascarte el bolsillo, también hay playas gratuitas en Palio Faliro (Edem), Kavouri y Glyfada, así como en Shinias, Maratón y Vravrona, al norte, aunque más alejadas.
Si quieres vivir una experiencia diferente, puedes acercarte a Limni Vouliagmenis, un lago con parte de agua salada y otra de manantial, con una temperatura que nunca baja de 20 grados centígrados –así que es una buena opción si visitas Atenas en invierno- y que es famoso por sus cualidades terapéuticas. Está junto a un acantilado de espléndidas vistas.
Querido viajero… de vino, no puedes marcharte de Grecia sin probar la retsina. Y si no te convence mucho el vino, quizá también deberías probar este caldo porque puedes estar seguro de que catarás algo único, gracias a una receta que tiene al menos 2000 años de historia y un sabor peculiar e inconfundible.
El nombre de retsina ya te da una pista: es un vino cuyo sabor recuerda a la resina. El origen procede de la costumbre de sellar las ánforas de vino con resina de pino para que el vino no se pusiese malo y, de paso, le diese un sabor y aroma peculiares. La costumbre cambió cuando los romanos empezaron a usar barriles para almacenar el vino en el siglo II, pero el gusto a la resina se había hecho tan popular en Grecia que perduró hasta nuestros días. Es verdad que ahora no es el vino más popular entre los locales, pero lo encontrarás con facilidad en tiendas, supermercados, bares y restaurantes. De hecho, puede ser un recuerdo excelente para traerte de tu viaje. La retsina puede ser blanca o rosada y pega muy bien con comidas de sabores fuertes, sobre todo el marisco.
Ya has probado la retsina y no te convence. O directamente prefieres un vino de otro tipo. No te preocupes porque Grecia te ofrece caldos excelentes con antiguas variedades autóctonas. Entre los blancos destacan el moschofilero, assyrtiko, athiri, roditis, robola y savatiano, y entre los tintos encontrarás el xynomavro, agiorgitiko y kotsifali.
Tan rico como simple. Un tomate que sabe a tomate, un pepino que sabe a pepino o un pescado fresquísimo cocinado en su punto justo. Y muchas veces, a la orilla –literal- del mar. ¿Qué más puedes pedir? Comer en Grecia es un placer de dioses, así que uno de los mejores recuerdos que te puedes traer de tu viaje estará en tu paladar.
La gastronomía helena es claramente mediterránea y apuesta con decisión por el producto local y de temporada. Por nada del mundo te puedes perder una ensalada griega, tan sencilla como deliciosa: tomate, cebolla, pepino, aceitunas, vinagre, hierbas, un aceite de oliva excelente y un queso feta para chuparse los dedos durante días. Para probar el excelente pescado, ten en cuenta que casi todos los restaurantes no ofrecen los precios por plato, sino por kilo de pescado o por pieza. Si tienes dudas y no quieres hacerte un lío, pregúntale al camarero y ya de paso, sabes cuál es el más fresco de todos incluso con una visita a la cocina incluida para verlos. Y en todo caso, no temas, porque si te alejas un poco de los lugares más turísticos, los precios son bastante asequibles.
Seguro que muchas de los productos que encontrarás en la cocina griega te recuerdan bastante a la dieta española. Si ves que hay mezédes, piensa que son como una especie de tapas o aperitivos, que se pueden tomar antes de la comida o a cualquier hora del día en una ouzerí o en un bar.
Seguro que te suena su nombre de haberlo leído o escuchado en las noticias hace poco tiempo. La Plaza Syntagma llena de gente protestando por las consecuencias de la crisis económica y de la intervención de las cuentas griegas por parte de las instituciones europeas. Pero este es solo un acontecimiento más que la Plaza de la Constitución ha acogido, ya que este bello espacio en el centro de Atenas es el punto neurálgico clave en la historia reciente de Grecia. Por ejemplo, el 3 de septiembre de 1843 el rey Otón proclamó allí la Constitución después del levantamiento popular.
Y hoy día, muchas décadas después, la plaza sigue siendo el punto de reunión más habitual, así que no te sorprendas si te cruzas con alguna manifestación durante tu visita. Ten en cuenta que, además, la plaza Syntagma es la sede del poder político -allí se encuentra el Parlamento- y un punto clave en la red de transportes de la capital. Por eso siempre la encontrarás animada, con gente charlando junto a la gran fuente de mármol del centro, entrando y saliendo de la gran estación de metro o caminando hacia el lado oeste para adentrarse en uno de los principales barrios comerciales de Atenas, a lo largo de la peatonal calle Ermou.
¿Sabías que el edificio del Parlamento fue, hasta 1935, la residencia oficial de la familia real griega? Ese año se trasladaron a otro palacio que actualmente es la vivienda del presidente, ya que Grecia es una república desde 1974.
Dicen que es la isla con más glamour de toda Grecia. Y no es para menos, porque Mykonos lleva décadas acogiendo a los famosos de la jet set griega y mundial, que la han convertido en la isla más estilosa del Egeo, además de otorgarle una intensa vida nocturna y una excelente reputación en el mundo gay. Además de estos atractivos, tu experiencia por Mykonos no puede perderse su capital y sus excelentes playas.
Comienza perdiéndote en el laberíntico casco histórico de Hora –también llamada Mykonos- un estrecho amasijo de callejuelas empedradas que serpentean entrecasas encaladas y donde resulta bastante difícil no perderse. Después de bucear por las tiendas y bares, coge el bañador, la toalla y el protector solar y visitar alguna de las playas de arena dorada y aguas transparentes con las que cuenta la isla. Las tienes repartidas por todo Mykonos, aunque si puedes alejarte un poco de la capital, evitarás las más atestadas. Y para poner la guinda a tu recorrido, vuelve a Hora y acércate al precioso barrio de la Pequeña Venecia. Prepara la cámara porque el atardecer es sublime…
No pienses que eres torpe con los mapas o que tu sentido de la orientación es horrible: es normal perderse en el laberinto de callejuelas de Hora. Para evitarlo, un truco: familiarízate lo antes posible con las tres calles principales -Matogianni, Enoplon Dynameon y Mitropoleos-, que forman una especie de herradura detrás del puerto. Ellas te servirán de referencia para no dar más vueltas de las necesarias.
¿Ya has paseado por Fira pero necesitas saber más de Santorini? No lo dudes y acércate a Oia, porque este bellísimo pueblo te enseñará cuál es la esencia de una de las islas más bellas del Mediterráneo.
En esta bella aldea marinera, también llamada Pano Meria (el lugar de arriba), vas a hacer fotos a mansalva porque es difícil encontrar una panorámica tan espectacular. Por un lado, verás sus bellas casas color pastel que brotan aferradas a la roca del acantilado porque, de hecho, muchas de ellas están excavadas en cuevas. ¿Sabes que allí vivían los marineros de su potente flota comercial a finales del siglo XIX? Y si había marineros, obviamente la ciudad también acogía a los capitanes y comerciantes ricos, aunque éstos preferían vivir en la zona alta de la ciudad, donde aún hoy verás sus lujosas mansiones patricias. A su alrededor, encontrarás bellas iglesias y restos de épocas opulentas, como el mármol en varias calles y plazas.
No sólo es llegar a un destino, sino disfrutar del camino. Por eso, querido viajero, en tu trayecto desde Fira hasta el norte debes estar muy atento a los pequeños pueblos por los que pasarás. No te pierdas Firostefani, también asomado al espectacular acantilado, o Imerovigli, creado como un observatorio para vigilar la posible llegada de piratas.
Descubre el itinerario
- Alojamiento.
- Atenas
- Desayuno.
- Atenas
- Panorámica de Atenas
- Acrópolis con entrada
- Desayuno.
- Santorini
- Desayuno.
- Santorini
- Desayuno.
- Santorini
- Desayuno.
- Mykonos
- Desayuno.
- Mykonos
- Desayuno.
- Mykonos
- Desayuno.
- Atenas
- Desayuno.
- Atenas
Conoce un poco más de Grecia
Uno de los grandes placeres para el viajero amante de la gastronomía será comer pescado o marisco fresco en una taberna a orillas del mar. Basta con escoger el lugar, preguntar al camarero y acompañarlo a la cocina para que te explique qué ha llegado hoy desde el puerto. Y para acompañar, nada mejor que una ensalada griega, con tomates que saben a tomates, pepinos que saben a pepinos y un queso feta para chuparse los dedos. Es habitual que encontremos la opción de consumir varios entrantes –mezédhes- y luego pedir los segundos por peso, no por raciones, porque en Grecia es típico pedir comida para compartir entre toda la mesa. La cocina griega es claramente mediterránea y está basada en los productos de temporada. Entre la carne destaca el cerdo, el cordero y el cabrito, y entre las verduras la berenjena, cuyo cocinado es un arte en Grecia. No hay que perderse el aceite de oliva, el vino y el licor nacional, el ouzo.
Los viajeros amantes de las compras se lo van a pasar bien en Grecia porque el país heleno ofrece una enorme variedad de opciones para desgastar la tarjeta de crédito. En Atenas, además de mercados tradicionales y tiendas de recuerdos, encontrarás tiendas de moda, joyerías y otros tipos de comercios elegantes. Y por todo el país hay artesanía muy variada para escoger. Destaca el trabajo del cuero, como las sandalias, los bolsos o los cinturones. La plata loánina también posee una larga tradición y es un excelente recuerdo. Y para los amantes de los souvenirs gastronómicos, nada mejor que el aceite de oliva, el ouzo, la retsina –vino tradicional con un sabor resinoso-, la miel o las especias.
• 1 de enero: Año Nuevo.
• 6 de enero: Epifanía.
• Miércoles de ceniza: 41 días antes de Semana Santa.
• 25 de marzo: Día de la Independencia.
• Desde el Viernes Santo hasta el Lunes Santo
• 1 de mayo: Día del Trabajo
• Pentecostés: 50 días después de Semana Santa.
• 15 de agosto: Asunción de Nuestra Señora
• 28 de octubre: Celebración Nacional.
• 25 de diciembre: Navidad
• 26 de diciembre
Los cajeros automáticos se encuentran sin problemas por todos los países y aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard, Maestro, Cirrus, American Express, etc.). También en la mayoría de los establecimientos, restaurantes y hoteles suelen permitir el pago con tarjetas de crédito y débito. En zonas rurales o enclaves especialmente pequeños, es aconsejable disponer de dinero en efectivo. Recuerde que para alquilar un coche se necesita presentar siempre una tarjeta de crédito en vigor.
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
Tasas
A partir del 1 de enero de 2018, el gobierno griego impondrá una tasa de alojamiento por persona y día que debe ser abonada por los clientes directamente en los hoteles.Divisas
Rige la normativa de la Unión Europea, es decir, es obligatorio hacer una declaración si se entra en Grecia con 10.000 euros o más.