Inglaterra: Inglaterra y Londres
Inglaterra carismática: donde vanguardia y tradición se encuentran
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- Duración
- 9 días
- Tipo de circuito
- Circuito
Inglaterra es una amalgama genial de tradición y vanguardia, de extensas zonas verdes y máxima industrialización, de refinamiento y locura. En estos nueve días de recorrido, descubrirás restos prehistóricos y romanos, una fuerte herencia medieval y, por supuesto, la frenética y moderna capital. Cambridge te enamorará con sus calles empedradas y sus preciosas edificaciones universitarias. Aquí estudiaron grandes genios de la humanidad, como Newton y Darwin. ¿No te parece estar dentro de una de las historias de Harry Potter? Los restos de Fountains Abbey, una abadía abandonada del siglo XVI en medio de la foresta, te sobrecogerá por su misterio y onírica belleza al mismo tiempo. Como así también lo hará el misterioso monumento megalítico de Stonehenge, con más de 5.000 años de antigüedad. Poco se sabe de la finalidad de su construcción. ¿Tú qué crees? Disfrutarás de la bella campiña en la Región de Los Lagos, que inspiró a los poetas románticos. Y, en el ecuador de tu viaje, te espera Liverpool, con una mezcla genial de revolución industrial y la oferta cultural más vanguardista. Aquí nacieron The Beatles… ¡Y eso merece unos cuantos bailes!
“Los ingleses son gente educada, divertida y de un humor muy peculiar. Están orgullosos de su historia, de sus escritores y de sus tradiciones más famosas, como el té de las 5".
Sigues tu ruta por la preciosa ciudad medieval amurallada de Chester y por Stratford-upon-Avon. En esta última nació Shakespeare y la localidad parece haberse parado en el tiempo. ¡Te sorprenderá! Bristol, antigua y rica ciudad comercial, te encantará por sus grandes espacios verdes. ¿Sabías que ha sido elegida como una de las mejores ciudades para vivir en Inglaterra? Bath, ciudad balneario desde la época romana también es uno de los imprescindibles, así como la altísima catedral de Salisbury. Y finalmente, la vibrante, divertida y multicultural Londres. Londres son muchas ciudades dentro de una sola. El Este, artístico, de negocios y con mayor comunidad india. ¡Todo a la vez! El elitista barrio de Chelsea, Westminster, Notting Hill, con sus calles coloristas y mercados, el omnipresente río Támesis… Fúndete con la ciudad y disfruta de todo lo que esta tiene que ofrecerte. ¡Volverás!
Vive experiencias únicas
Seguro que al oírlo te ha hecho dudar pero te prometemos, viajero, que el punting va a estar entre una de tus experiencias favoritas en Inglaterra. Se trata de un recorrido por la ciudad, no a pie, sino en una embarcación parecida a una góndola que se traslada con la ayuda de una pértiga. Y sí, ¡es una de las principales atracciones de Cambridge!
Tienes dos opciones. La más popular es realizar un trayecto por el río Cam, que atraviesa el corazón de la localidad con un guía que maneja la barca. Normalmente son estudiantes de las universidades de la ciudad, con camisetas de rayas y sombreros de paja, que durante el trayecto van explicando curiosidades de los edificios. Los más intrépidos pueden elegir conducir su propia embarcación. Aparte de atascos y de algún que otro chapuzón la experiencia es muy divertida. ¡Pero estate atento también al paisaje! Durante el recorrido podrás admirar el Puente de los Suspiros, la capilla del King’s College o el Puente Matemático. Dos experiencias en una, ¿qué más quieres?
Porque es una alternativa totalmente diferente y divertida para descubrir los secretos de la ciudad. No solo descansarás un poco las piernas en el recorrido -que nunca viene mal-, sino que además los estudiantes te contarán detalles de los monumentos y edificaciones de Cambridge que seguro no están ni en las guías. Además, si eres tú quien conduce la embarcación, las risas están más que aseguradas. ¡Brújula al bolsillo!
Imagínate emprender un viaje a la Luna. Eso es lo que debían sentir los marineros que zarpaban en el siglo XVII desde el Albert Dock hacia ese continente desconocido que eran las Américas.
Visitar este precioso muelle es como viajar al pasado. Construido en 1846, aquí era donde desembarcaban los cargueros y se almacenaba el té, la seda, el algodón, el marfil, el tabaco o el azúcar que llegaba a Inglaterra desde distintas partes del Imperio Británico. Todos esos almacenes son hoy una genial selección de museos y galerías, tiendas, restaurantes y cafeterías, apartamentos de lujo y hoteles. De hecho ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Allí también se encuentra The Beatles Story, la exposición permanente más grande del mundo sobre la banda de Liverpool, el Museo Internacional de la Esclavitud, el Museo Marítimo de Merseyside y la Tate Liverpool. Se trata, sin duda, de una de las mejores zonas para disfrutar de la ciudad.
¿Sabías que el Albert Dock fue el primer muelle que se construyó sin usar madera? Esto lo convirtió en uno de los más seguros de la época al evitar el riesgo de incendios, que entonces eran muchos.
Para reponer fuerzas es siempre fundamental que visites el What's cooking?, una atmósfera muy acogedora y cocina para todos los gustos desde carnes a la brasa, hamburguesas o ensaladas. También te recomendamos el Rubens Coffe Shop ya que presenta una variedad de bollos dulces y salados deliciosos.
Bienvenido a un viaje sin igual en el tiempo, al siglo XVI, con el hogar del mismísimo Shakespeare como destino final. William Shakespeare es, junto con el español Miguel Cervantes, el escritor más famoso de todos los tiempos. Por eso, descubrir cómo vivía, cuál fue su historia y sus anhelos bien merece una visita.
En Shakespeare’s Birthplace, la casa donde nació y vivió su infancia, descubrirás sus primeros contactos con la literatura, cómo empezó como dramaturgo hasta convertirse en el autor de grandes clásicos como Hamlet, Romeo y Julieta o Macbeth. No te será difícil imaginar cómo el joven escritor soñaba con ir a Londres a probar suerte como actor mientras se calentaba junto al fuego o veía a su padre trabajar en su taller donde confeccionaba guantes. Y lo mejor, en esta casa-museo podrás disfrutar de sus obras, ya que son recitadas por actores vestidos de época en las distintas estancias de la casa. Ser o no ser: esa es la cuestión...
La entrada a Shakespeare’s Birthplace incluye el acceso a Shakespeare's New Place (una exposición centrada en su obra y persona), a Hall's Croft (lugar donde vivió su hija), a Anne Hathaway's Cottage (la casa de la esposa de Shakespeare) y Mary Arden's Farm (la granja donde vivió su madre). No habrá secreto del escritor que se te resista.
Visitar la casa de Shakespeare es una manera estupenda y amena de empaparte de literatura y entender más al autor y el significado de sus obras. Se trata de un plan genial, además, si vas con niños y adentrarles en la figura de Shakespeare: la casa parece salida de un cuento de los hermanos Grimm, los actores vestidos de época seguro que les hacen gracia y, además, el museo cuenta con una serie de pistas repartidas por el edificio para que la experiencia sea todavía más divertida.
¿Te has preguntado cómo se empezaron a gestar los enormes transatlánticos? Imagínate en pleno siglo XIX en el ajetreo de la revolución industrial. Es entonces cuando el ingeniero Isambard Kingdom Brunel presenta un barco inigualable hasta entonces. Nadie había diseñado una nave tan grande, hecha completamente de hierro y con el motor de vapor más potente hasta el momento. “¡El mayor experimento desde la Creación!” se llegó a decir.
Se trata del SS Great Britain, una de esas innovaciones de las que los ingleses se sienten más orgullosos y que hoy puedes visitar en el puerto de Bristol. Su final como embarcación no fue de cuento de hadas. Fue retirado a las islas Malvinas para usarse como almacén de carbón y después ser abandonado. Pero hubo románticos que decidieron devolverlo a su lugar de origen para que, convertido en un museo, brillara en todo su esplendor. No dejes de adentrarte en sus camarotes y salas de máquinas y descubrir así por qué marcó un antes y un después en las embarcaciones de su época. ¡Te aseguramos que es una visita que te va a sorprender!
Si te apetece visitar el buque con la lección aprendida no dejes de echar un vistazo al corto de animación “The Incredible Journey”, producido por la Universidad del Oeste de Inglaterra y que relata cómo se llevaron a cabo los trabajos para “repatriarlo” a casa desde las Malvinas en 1970.
Aviso a los enamorados del Señor Darcy. Sin duda este es vuestro plan. La escritora inglesa Jane Austen es la local más célebre de esta antigua ciudad-balneario. En Bath se inspiró para escribir varias de sus obras, aunque es sabido que esta ciudad no era precisamente su favorita. Dicen que cuando su padre le comunicó que iban a mudarse a Bath, ella se desmayó. Aun así sus habitantes no le guardan rencor y, de hecho, le han construido un museo que merece mucho la pena visitar, el Jane Austen Centre.
En su exposición permanente podrás descubrir todos los pormenores de su vida, de sus obras y de la sociedad en la que le tocó vivir. Encontrarás muebles de la época y muchos de los trajes que se han utilizado en las obras de teatro y películas que han adaptado su obra. Y como divertido colofón: su tienda de originales souvenirs que juran amor eterno al Señor Darcy. Por cierto, ¿sabías que la película “El diario de Bridget Jones” está considerada la adaptación moderna de la novela “Orgullo y Prejuicio”?
Como curiosidad, el museo cuenta hasta con una figura de cera de la propia Austen que tardaron dos años en hacer y en la que colaboraron un reconocido escultor, un artista con entrenamiento forense del FBI y un diseñador de moda con un premio Emmy y un Bafta.
Y como de libros va el plan, no podemos dejar de proponerte que, tras tu visita por el Jane Austen Centre, situado en el centro de la parte georgiana de la ciudad, te pases por la carismática librería George Bayntun (23 Manvers St.). Estamos seguros de que hubiera sido una de las favoritas de Jane. Cuenta con primeras ediciones de clásicos de la literatura inglesa que vale la pena al menos deleitarse viéndolos. En la segunda planta tienen las ediciones asequibles y, ¡oh, sorpresa!, un taller de encuadernación victoriana que data de 1894 y que mantiene las mismas técnicas de trabajo de antaño. ¡No te lo pierdas!
Bueno, viajero. Como bien sabes, desde las alturas se ve todo mucho mejor y, sobre todo, se ve distinto. Súbete a la noria gigante del London Eye para disfrutar de una experiencia espectacular. La idea de construir el London Eye surgió en 1993, en un concurso de ideas organizado por el Sunday Times para crear alguna estructura o monumento icónico en Londres para conmemorar la entrada en el año 2000. El arquitecto David Marks y su mujer Julia Barfield presentaron la idea de la noria gigante a orillas del Támesis. El concurso quedó en nada. Ni tan siquiera se declaró ganador.
Un viaje de media hora en una de las cabinas te ofrecerá unas vistas panorámicas de Londres absolutamente impresionantes. ¡No dejarás de ver cosas! ¿Abajo a la izquierda? ¡Las casas del Parlamento y el Big Ben! ¿Y eso de justo al lado? ¡La Abadia de Westminster! ¿Eso de tu derecha? ¡Trafalgar Square con la estatua de Nelson! Subirás hasta un máximo de 158 metros de altura, pero no te preocupes: las cabinas son cerradas y no notarás ni el viento ni la lluvia. En los días más claros la vista alcanza hasta 40 kilómetros. Aprovecha el momento: ¡Tendrás Londres a tus pies!
Marks y Barfield hipotecaron su casa para lanzar el proyecto. Y vaya si lo consiguieron. El 9 de marzo del 2000 se estrenó el London Eye, entonces conocida como la Noria del Milenio. 3,5 millones de personas suben cada año. La empresa lleva un recuento de cuántas veces han subido los famosos. Y hay auténticos fans: la modelo británica Kate Moss ha subido 25 veces ya y la actriz estadounidense Jessica Alba, ¡31! Hay 32 cabinas. ¿Sabes por qué? Uno por cada uno de los 32 barrios (boroughs) que conforman Londres. Eso sí, están numeradas de la 1 a la 33, porque no hay cabina número 13.
Napoleón te caerá mejor o peor, pero ya hace doscientos y pico años que lo vio venir, cuando dijo que Inglaterra era “una nación de tenderos”. Así que no te extrañe cuando compruebes que ahí donde hay un poco de hueco los británicos te ponen un mercado. Es verdad que el francés lo dijo en tono peyorativo, pero qué quieres que te digamos, ¡a nosotros nos encanta ese espíritu ‘brit’ del mercadillo!
Los hay para todos los gustos. ¿Te pierde la ropa clásica de segunda mano y las prendas vintage? Vete a Old Spitalfields Market y Brick Lane, encontrarás la mayor concentración de restaurantes indios. Para rebuscar antigüedades o artículos de coleccionista dirígete a Portobello Road, donde se encuentra el mercado popularizado por la película Notting Hill. Para un mercado más clásico y permanente, vete a Covent Garden, en pleno corazón de la ciudad. No te pierdas sus espectáculos en directo: acróbatas, humoristas, faquires… ¡Y si te gusta lo que ves no te olvides de darles propina, que viven de eso! Para ver lo que queda de la decadencia punk británica, vete a Camden. Verás que las flores siguen presentes en el portal donde vivió la cantante Amy Winehouse. Allí encontrarás más de mil puestos en los que comprar música, ropa, artesanía y, por supuesto, puestos de comida de un sinfín de países. Y si lo tuyo es la gastronomía, no te pierdas el Borough Market, un bonito mercado de hierro situado junto a London Bridge. Una mezcla de proveedores tradicionales de productos frescos y puestos gourmet harán las delicias del foodie que llevas dentro.
Si vas al Borough Market no te pierdas las raclettes de queso fundido, los wraps de gambas de la pescadería Applebee o, si tienes morriña de comida española, el sandwich de chorizo y pimiento de piquillo de la tienda de productos españoles Brindisa. Y si lo tuyo son los ‘fish and chips’, no los encontrarás mejores que los del restaurante Fish. También en el Borough tienes uno de los mejores cafés de la ciudad, el del Monmouth.
Si quieres ver los mercados en pleno apogeo te recomendamos que vayas un viernes debido a la masificación de gente, cosa que puede fastidiarte la experiencia. En algunos mercadillos incluso podrás regatear, únicamente en la zona de Portobello.
Cuando a principios del siglo XIX la Duquesa de Bedford decidió instaurar un pequeño snack entre el desayuno y la cena (en esa época lo habitual era comer dos veces al día), no sabía que estaba empezando una tradición que se convertiría en la quintaesencia de lo British. Prepararse un té es uno de los rituales más arraigados entre las familias del Reino Unido y muchos restaurantes y pastelerías se han especializado en servir lo que ellos llaman el afternoon tea (el té de la tarde), heredero de aquello que empezó a prepararse la Duquesa de Bedford hace más de dos siglos.
No puedes irte de Londres sin probar un auténtico té acompañado de pequeña bollería tradicional británica, como los scones, y de sandwiches ligeros. Los hay para todos los gustos. El más clásico y lujoso es el que sirven en el Hotel Ritz. El de moda, el del hotel The Berkeley. Y no porque lo digamos nosotros sino por el concepto en sí mismo. El té se sirve con una selección de pastas en forma de moda prêt-à-porter. Bolsos, zapatos y otras prendas de firmas tan famosas como Chanel, Louboutin, Gucci o Burberry convertidas en divertida y deliciosa pastelería que no te dejará indiferente. Si prefieres precios más asequibles pero manteniendo un toque de aura aristocrática, tu lugar es sin duda The Orangery, en Kensington Palace. Si estás en Covent Garden a media tarde, prueba en el Crusting Pipe. Y si no te importa dar un rodeo largo para encontrar uno de los mejores en términos calidad-precio, prueba el del Fan Museum, en Greenwich. ¡Bienvenido al bienvivir!
Hay tres grandes categorías de té: negro (el clásico del desayuno), verde y oolong (que combina los dos anteriores). En los grandes almacenes de Fortnum & Mason encontrarás una de las mejores selecciones de té para llevarte a casa. Los scones son la bollería más tradicional para acompañar a un té de las 5. Se trata de una especie de bollitos redondos con pasas que se suelen partir por la mitad y acompañar con clotted cream a medio camino entre la mantequilla, la nata y mermelada.
Descubre el itinerario
- Alojamiento
- Londres
- Desayuno, almuerzo y cena
- Cambridge
- Yorkshire
- Visita panorámica de Cambridge con guía local.
- Desayuno
- Liverpool
- Visita panorámica de la ciudad de York
- Visita panorámica de Liverpool
- Desayuno
- Chester
- Liverpool
- Visita panorámica de Chester con guía local.
- Desayuno y cena
- Stratford Upon Avon
- Cotswold District
- Bristol
- Desayuno y cena
- Bath
- Stonehenge
- Londres
- Stonehenge
- Desayuno
- Londres
- Visita panorámica de Londres
- Desayuno
- Londres
- Desayuno
- Londres
Conoce un poco más de Inglaterra
La gastronomía inglesa se caracteriza por la diversidad, ya que, a lo largo de los siglos, ha absorbido la influencia de las colonias que formaban el Imperio Británico y la de todos los pueblos que han emigrado al país.
Aunque sus platos más tradicionales son el fish and chips (pescado rebozado con papatas fritas), el Sunday roast (asado acompañado de guisantes, patatas y zanahorias acompañados de un Yorkshire pudding) y los pies o pasteles rellenos de carne, pollo con champiñones o, en su versión más tradicional, de riñón; los británicos son grandes amantes del curry indio, la comida Punjabi de la frontera con Pakistán o la tailandesa con su típico Pat thai. Sus quesos más famosos son el Cheddar, del que fabrican multitud de variantes y el Stilton. Los scones y las galletas de jengibre son unos de sus dulces más tradicionales.
En cuanto a la bebida, tienen dos especialidades. Durante el día, disfrutan del té. Y cuando atardece, de la cerveza. Desde la más negra y espesa que se toma tibia hasta las ales más ligeras. Cada tarde después del trabajo y los fines de semana, los Pubs se llenan de trabajadores y amigos tomando pintas.
La mayoría de las principales ciudades inglesas cuentan con una amplia oferta de centros comerciales, boutiques exclusivas, tiendas independientes y mercadillos, una oferta que en Londres alcanza una dimensión inabarcable.
Desde los almacenes más prestigiosos como Harrods, Selfridges o Liberty y las boutiques de los grandes diseñadores, hasta los mercadillos de antigüedades y ropa de segunda mano, en Londres se puede encontrar casi todo lo que uno imagine. En los últimos años, tras el cierre de muchos comercios tradicionales debido a los altos alquileres de los locales, ha surgido un movimiento de jóvenes diseñadores y creativos que apuestan por los productos hechos a mano y con una personalidad diferenciada de las grandes cadenas. Los mercadillos independientes, pop-up shops e internet son sus mejores armas para darse a conocer. También llama la atención la calidad de los souvenirs de sus museos, cuyo diseño sorprende y su calidad se aleja de la de los típicos recuerdos que se venden en otros países.
Fuera de Londres, en los mercadillos que se celebran en las localidades del interior de Inglaterra, los aficionados a las antigüedades y con dotes para el regateo podrán encontrar auténticas gangas.
• New Year’s Day (Año Nuevo): 1 de enero
•Good Friday (Viernes Santo): marzo / abril
•Easter Monday (Lunes de Pascua): marzo / abril
•Primer puente de mayo: primer lunes de mayo
•Segundo puente de mayo (para celebrar la primavera): último lunes de mayo
•Puente de verano: último lunes de agosto
•Christmas Day (Navidad): 25 de diciembre
•Boxing Day (día de después de Navidad): 26 de diciembre
Los cajeros automáticos, llamados ATMs o Cash Machines, están en todo el país y casi todos aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard o Cirrus). En la pantalla de los cajeros aparecerán los logos de las distintas tarjetas que acepta cada uno. También en la mayoría de los establecimientos, restaurantes y hoteles suelen permitir el pago con tarjetas de crédito y débito. En zonas rurales o enclaves especialmente pequeños, es aconsejable disponer de dinero en efectivo.
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
El tiempo en Escocia es templado, variable y húmedo. En invierno, la temperatura media fluctúa entre los 2ºC y los 6ºC y en verano, entre 12ºC y 19ºC. Es decir, no es frecuente que haya épocas de temperaturas extremas, aunque siempre se pueden esperar días muy fríos en invierno, con temperaturas bajo cero, y días calurosos en verano, con termómetros por encima de los 20ºC. Y lluvia, siempre lluvia. No suele ser torrencial, sino más bien fina y pertinaz. Llueve todo el año, con un ligero aumento en diciembre, enero y julio, así que conviene no olvidar el paraguas o el impermeable, además de algún jersey y algo de ropa de entretiempo.
El clima de Inglaterra es bastante variable e impredecible, por lo que se recomienda estar preparado para todo en cualquier época del año. Si visitamos Londres durante el verano, es muy probable que necesitemos un jersey gordo o una cazadora y, lo que nunca puede faltar es un impermeable. Por otro lado, el clima no es extremo. Las temperaturas oscilan entre un mínimo de -10 grados en invierno y hasta 30 grados en verano. Son más bajas en el norte, donde las nevadas son habituales en invierno, y más suaves en el sur. En el oeste del país llueve más que en la zona este.