Inglaterra: Londres y Escocia
Un viaje para los amantes del asfalto y del turismo eco
Explorar circuitoInglaterra: Londres y Escocia
- Duración
- 8 días
- Tipo de circuito
- Circuito
La ruta arranca con una buena dosis de arte, cultura, historia y gastronomía en la atrayente ciudad de Londres. Cuentas con tres días para recorrer sus enclaves más apetecibles. Si es tu primera vez en la City, te encantará visitar el Parlamento o la noria gigante, el London Eye. Si eres un experto puede que prefieras sorprenderte con los mercados callejeros, con algún musical o con alguna exposición temporal. Comprobarás que Londres es un gran hervidero de tendencias. Disfrútalo a tu manera: si hace buen tiempo, no dejes de visitar Hyde Park o, para vivir el espíritu más british, relájate con una buena pinta en los históricos pubs de la urbe. ¡Cheers!
“Descubrirás que las Tierras Altas componen un rincón privilegiado los 365 días del año”
La segunda parte del viaje será la más esperada para los amantes de la naturaleza. Pero primero, la ruta comienza en la preciosa ciudad de Edimburgo, cuyo corazón es Patrimonio Histórico de la Humanidad. Continuarás rumbo a las Tierras Altas, entre valles y montañas que te enamorarán con las hojas del otoño, con un manto blanco de nieve en invierno, con los primeros brotes de la primavera o con la luminosidad del verano. Descubrirás que las tierras del monstruo del Lago Ness, del valiente William Wallace, del dorado whisky, de los castillos de ensueño y de los imponentes acantilados, componen uno de los rincones más privilegiados del mundo, los 365 días del año.
Vive experiencias únicas
Si en París puedes degustar un copa de champagne desde lo más alto de la Torre Eiffel, Londres no podía ser menos. The London Eye, la gigantesca noria que predomina en la silueta de la city, te permite contemplar las vistas más espectaculares de la ciudad. Puedes llegar a ver hasta 40 kilómetros en el horizonte y, desde las alturas, descubrirás la mejor panorámica de la City: la Catedral de St. Paul, el Big Ben, el Tower Bridge, el río Támesis… No se trata solo de uno de los iconos más representativos de Londres, sino que también es la noria más alta de Europa. Sus cifras son espectaculares. Con una altura de 135 metros, cuenta con 32 cabinas, que disponen de un aforo de 25 personas cada una.
The London Eye también se conoce como la Millennium Wheel y fue construida para celebrar el cambio de milenio. Por eso, antes de subir verás una película en 4D que te permitirá viajar a través de la historia de Londres y conocer todos sus secretos. ¡En 30 minutos disfrutarás de una vista de altura!
En sus 32 cabinas, una por cada distrito Londinense, hay calefacción y aire acondicionado, para que puedas disfrutar del viaje en cualquier momento del año, así que no te preocupes por llevar abrigo extra si acudes en invierno.
Antes de abandonar Londres, no te puedes perder el cambio de guardia más famoso del mundo, el que se celebra en el patio exterior de Buckingham Palace. Coge sitio al pie de la verja del palacio de Buckingham y contempla este histórico ritual. El relevo de la guardia de seguridad que se celebra en esta residencia real, se ha convertido en uno de los más famosos del mundo y atrapa la atención de cientos de turistas a diario.
Durante 45 minutos, observarás cómo la vieja guardia se retira al Wellington Palace al ritmo de una marcha militar. El cambio se lleva a cabo diariamente a las 11:30 horas, desde mayo hasta julio. Así que, si no quieres perderte ni un detalle, procura llegar con antelación para coger sitio, en especial durante los meses de verano. El resto del año, se realiza cada dos días, exceptuando los días de lluvia en los que el espectáculo suele ser cancelado.
El famoso sombrero de pelo de la Guardia Real Británica se conoce como Bearskin o Busby y tiene una altura de 45 centímetros y su peso es de 560 gramos. El objetivo final de este sombrero era impresionar al enemigo, así que no te extrañes del gesto serio de estos cuerpos defensores de la Corona
Alternativo, extravagante y cosmopolita. Así es Camden Town que, mucho más que un mercado, es una pequeña y alternativa ciudad, repleta de numerosas tiendas y mercadillos donde encontrar los detalles más curiosos. Cada puesto y cada tienda dispone de sus propias argucias para invitarte a pasear entre su mercancía: gogós, Dj, carteles luminosos y música a todo volumen se repiten cada pocos metros. Si te gustan las compras, este es tu sitio.
La imagen de Camden no está completa sin los músicos callejeros, los conciertos en vivo y las jam sessions que ponen la nota musical incluso en los días grises. ¿Tienes hambre? Bienvenido al paraíso de la street food. En esta parte de la ciudad, los viajeros foodies podrán elegir entre una amplia variedad de puestecillos móviles y fijos especializados en platos gastronómicos de diferentes países. Y si eres adicto a la cerveza, en Camden podrás disfrutar incluso de su propio sello “Camden Town Brewery”, en los bajos de las vías de la estación Kentish Town West. Cheers!
Camden Town fue en su día el barrio bohemio, cuna de importantes literatos como Charles Dickens, George Orwell o Mary Shelly.
Si no tienes vértigo y quieres conseguir las fotos más alucinantes de Londres, apúntate a esta experiencia, viajero. El Emirates Air Line es un teleférico que se eleva sobre el río Támesis enlazando la península de Greenwich con los Royal Docks y te permite observar a vista de pájaro algunos de los must de Londres a orillas del Támesis.
Saca la cámara y apunta hacia el distrito de Canary Wharf y hacia el ‘edificio contenedor’ (el Container City) con sus llamativos colores. Desde el aire verás el histórico barco Cutty Sark amarrado en el muelle y el Real Observatorio de Greenwich, por donde pasa el Meridiano 0. Y más adelante, el futurista complejo del O2, el centro de exposiciones Excel London en las dársenas del río o el Queen Elizabeth Olympic Park, creado con motivo de los Juegos Olímpicos de Londres que se celebraron en el año 2012.
Si quieres seguir la pista de otros viajeros que se han subido al Emirates Air Line apunta la etiqueta #myemiratesview. Descubrirás otra mirada de Londres a lo largo del día y la noche. Puedes subir al teleférico en dos puntos: Emirates Greenwich Peninsula (metro, North Greenwich) o en Emirate Royal Docks (metro, Royal Victoria).
Edimburgo es literatura en estado de puro. Aquí encuentras una concentración de historias de antaño, reales y leyendas, difícilmente comparable con otros lugares. No extraña que, en el año 2004, esta ciudad fuera la primera en apuntarse a la Red de Ciudades Creativas de la Unesco como Ciudad de la Literatura y, como tal, aquí encontrarás una selección de librerías increíbles que merecen mucho la pena visitar. Te proponemos dos. Situada en la zona de Grassmarket, Armchair Books es una de nuestras favoritas. Como si fuera un verdadero laberinto, esta librería está llena de enormes estanterías corridas, desde el suelo hasta el techo, donde perderse durante horas. Aquí encontrarás libros de segunda mano de casi cualquier temática, ¡pide lo que quieras! Por su parte, Old Town Bookshop tiene una colección de anticuario con volúmenes de hasta el siglo XVIII, unas joyas no al alcance de todo el mundo pero que sin duda merece la pena acercarse a ver.
Y para terminar este recorrido literario, nada mejor que un café y una tarta de chocolate en The Elephant House (21 George IV Bridge). No se trata solo de una bonita cafetería frente a un colegio, sino que aquí sentada y mirando por la ventana, J.K.Rowling se inspiró y escribió gran parte de las historias del famoso Harry Potter. Cuando lleguéis os entregarán un papel y un lápiz, por si os surge la inspiración. ¿Probamos?
Por el maravilloso viaje al pasado que supone, por su olor a papel de antaño, porque podrás investigar entre sus estanterías sin prisa y con calma, por la amabilidad de su personal siempre dispuesto a ayudarte o a recomendarte algún título. Si eres un ávido lector o tienes que hacer un regalo a alguien que lo es, estas librerías son, sin duda, tu sitio ideal.
Edimburgo es una ciudad pequeña y muy manejable. En este caso, las librerías que te proponemos están en el casco antiguo muy cerca del castillo de Edimburgo, por lo que te resultará muy fácil visitarlas como descanso de tu visita panorámica. A escasos minutos andando desde el castillo hacia el sur, llegarás a Armchair Books (72-74 West Port). Caminando hacia el este desde el castillo llegarás a Old Town Bookshop, en el número 8 de Victoria Street.
Prepárate a viajar en el tiempo y vivir una de las batallas más importantes para los escoceses. Se trata del tristemente famoso 16 de abril del 1746. En el campo de Culloden, a escasos kilómetros de Inverness, escoceses jacobitas e ingleses se dieron cita para librar la batalla decisiva tras años de tiranteces y desencuentros. Los clanes de las Tierras Altas, muchas veces enfrentados, unieron esta vez sus fuerzas y recursos para luchar contra los ingleses. En apenas una hora cayeron 1.500 hombres, de los cuales más de 1.000 eran jacobitas. La forma de vida de los clanes desapareció y gran parte de los elementos característicos también: el idioma, la indumentaria, su distribución de la tierra y del trabajo…
Tres siglos más tarde, puedes recorrer ese mismo campo de batalla, rehabilitado tal y como estaba entonces, con una audioguía que te irá detallando cómo se desarrolló todo durante el camino. Merece mucho la pena dedicar un par de horas al museo conmemorativo que se encuentra también allí y que cuenta con muchísimo material de la época como uniformes, armas, monedas y más. También documentación interactiva para entender qué fue lo que pasó y por qué fue tan decisivo para Escocia, qué papel jugó cada clan dentro del conflicto y las motivaciones de cada uno de ellos. Además podrás adentrarte directamente en la batalla a través de una película en 360º que te aseguramos que es absolutamente espectacular.
Por su increíble realismo. En tu paseo por el campo de batalla podrás ver dónde se situaron cada uno de los bandos, un pequeño cottage que se cree que sirvió de hospital de campaña y todavía sigue allí; los cairns, unas piedras redondas o triangulares que marcan dónde descansan cada uno de los clanes o el monumento recordatorio de la batalla. ¡Brújula al bolsillo!
Si has visto La vida privada de Sherlock Holmes (1970), Los Inmortales (1986), Lago Ness (1995), la inolvidable Braveheart (1995), El mundo nunca es suficiente (de 1999) o la serie Outlander, entre otras muchas producciones, seguro que te suena esta bella fortificación con más de siete siglos de historia.
En el noroeste escocés, el castillo de Eilean Donan se erige majestuoso en un pequeño islote del lago Duich, que comunica a su vez con el océano Atlántico a través del lago Alsh. Su aislamiento en aquella época fue fundamental y se convirtió en una de las fortificaciones más difíciles de asediar. De hecho la tradición dice que fue aquí donde el famoso Robert the Bruce se refugiaba de las invasiones de los ingleses, liderados por Eduardo I. La construcción se mantuvo inexpugnable hasta el año 1719 cuando las fragatas inglesas bombardearon de forma masiva hasta destruirla totalmente. Pero el romanticismo pudo más que todo eso y, entre 1912 y 1932, John MacRae-Gilstrap, un heredero del antiguo clan al que perteneció, decidió destinar todos los recursos necesarios para su restauración hasta devolverle toda su belleza y convertirlo en uno de los lugares más reconocidos del cine así como visitado por turistas de todo el mundo.
El castillo de Eilean Donan cuenta con su fantasma de rigor que ameniza siempre las visitas a los turistas. A principios del siglo XVIII los escoceses seguían enzarzados en sus enfrentamientos contra los ingleses. Una misión española se alojó en el castillo para apoyarlos, cuando los ingleses rodearon el castillo y lo bombardearon con sus fragatas, destruyéndolo por completo. Se dice que la mayoría de los habitantes que se encontraban en el interior del castillo saltaron al lago, intentando nadar fuera del alcance de los navíos ingleses. Todos menos uno, un capitán español que decidió quedarse en el castillo y que pereció entre sus muros. Dicen que hoy su espíritu aparece errante, sobre todo en la habitación que hacía antaño de tienda y hoy es la sala dedicada a explicar la historia del castillo. ¡Atento!
En las islas Hébridas interiores, la espectacular isla de Skye es un tesoro en sí mismo. Sus paisajes únicos y su ecosistema de cuento de hadas merecen que la recorras de punta a punta sin dejarte nada. Pero si el tiempo no da de sí, dirígete directamente al extremo nordeste, donde se encuentra la península de Trotternish. Aquí disfrutarás de dos de los paisajes más bellos de la zona.
Por un lado, el vertiginoso acantilado de Kilt Rock, que pondrá a prueba tu vértigo con más de 90 metros de altura sobre un mar salvaje y extenso. Se le denomina Kilt, igual que al estampado tradicional de las faldas escocesas, porque dicen que la composición de la montaña de basalto ofrece la visión óptica de cuadros grabados sobre la roca. Allí también se encuentran las cascadas Mealt, que escupen aguas con fuerza sobre una cara de los acantilados. Te encantará la atmósfera del lugar, realmente evocadora y sugerente, con un encanto indescriptible. El viento, bastante habitual, genera un silbido envolvente e hipnotizador cuya leyenda dice que son los lamentos de todos aquellos que han perecido en capítulos violentos en la isla. Si tienes suerte y das con un día claro, alcanzarás a ver desde allí la isla de Lewis. Termina la visita con un buen reconstituyente en las pintorescas poblaciones de Portree o Staffin. ¿Qué tal una copita de whisky Talisker? Se destila en la misma isla y sus notas yodadas te devolverán directamente a los mejores paisajes del mar escocés. ¡Bienvenido al bienvivir!
La isla de Skye tiene una importante herencia vikinga. De hecho, muchos de los nombres de la isla provienen de esas raíces, como por ejemplo Staffin, que en noruego clásico significa “pilar”. Los locales dicen que todavía no se han descubierto todos los tesoros que los vikingos escondieron por esos lares y que aún hoy es posible toparse con alguna moneda o abalorio perdido del siglo X. También tendrán un destino preferente los amantes de la paleontología, ya que en zona de acantilados puedes encontrar alguna huella de animales prehistóricos.
¿Has visto la película de Braveheart? Entonces seguro que recuerdas esa épica escena de la batalla entre las tropas gubernamentales y los aguerridos escoceses… Te proponemos que visites el lugar exacto donde aconteció ese capítulo tan importante de la historia de Escocia sobre el puente de Stirling o Stirling Bridge. Corría el 11 de septiembre de 1297 cuando las tropas escocesas de William Wallace y Andrew de Moray derrotaron contundentemente a los ingleses. Las tropas británicas eran mucho más numerosas y contaban con mejores medios. Sin embargo fueron abatidos estrepitosamente, lo que convirtió desde entonces a William Wallace en todo un héroe nacional. Y el puente de Stirling, como no podía ser de otra forma, es ahora parte de la simbología más querida de la cultura escocesa.
Por su parte, el castillo, a escasa distancia del puente y en lo más alto de la ciudad, te sorprenderá por sus enormes dimensiones. Construido en el siglo XII, por los muros de esta fortificación han pasado las más duras batallas y conflictos entre escoceses y británicos. Actualmente se pueden visitar varias zonas del castillo, aunque son posteriores, de los siglos XVI y XVII. El Palacio Real, la galería de las cabezas, la capilla real, el gran salón… Son un ejemplo exquisito de la arquitectura renacentista en la zona. Aprovecha para disfrutar de las vistas desde lo alto de la colina, con la torre victoriana que recuerda a Wallace al fondo, sobresaliendo entre la foresta. ¡Una delicia!
No te pierdas una visita a las cocinas del castillo donde hay una recreación muy real de cómo se desarrollaban en el medievo los banquetes de la corte. Podrás descubrir qué tipos de platos cocinaban, cómo y con qué artilugios los cocinaban, dónde elaboraban la cerveza, se horneaba el pan o se almacenaba el vino. ¡Todo un viaje culinario en el tiempo!
El Glasgow Style, de finales del siglo XIX, es un tesoro no muy conocido de la ciudad que merece la pena descubrir. Edificaciones absolutamente contemporáneas, entonces y ahora, que buscaban la belleza de la naturaleza, de lo orgánico, sin perder de vista la funcionalidad. Destaca la influencia del arquitecto escocés Charles Rennie Mackintosh. Descubre algunas de sus grandes creaciones y confirma cuán adelantado estuvo a su tiempo. ¡Un planazo para todo artlover que se precie!
Empieza a lo grande, por la Escuela de Arte de Glasgow (Glasgow School of Art), la obra maestra de Mackintosh. En 1896 el arquitecto recibió el encargo de crear la nueva sede de la escuela de arte. Mackintosh fusionó a la perfección la arquitectura austera baronil escocesa de grandes moles, delicados motivos geométricos y de la naturaleza del Art Noveau y técnicas novedosas del estilo industrial como los grandes ventanales. Lo mejor es disfrutar de unas de las visitas guiadas que ofrecen los estudiantes de la escuela, ¡no te quedará detalle sin saber! The Lighthouse es otra de sus grandes obras. Construido entre 1893 y 1895, fue concebido para ser la sede del periódico The Glasgow Herald. En el edificio se mezcla la austera piedra caliza roja con esbeltos ornamentos. Y en la esquina, una torre -de ahí su nombre- en la que se camufló un depósito de agua para prevenir incendios. El edificio alberga ahora el centro de interpretación de la obra de Mackintosh, en el que podrás ver las maquetas de algunos de sus proyectos que no vieron la luz. No dejéis de disfrutar de las vistas desde la cuarta planta o de reponer fuerzas en su cafetería. Y nada más representativo del estilo de Mackintosh que su propia casa. Mackintosh y su mujer, la también artista Margaret Macdonald, vivieron en el 78 de Southpark Avenue. La casa fue derruida sin pudor en 1963 pero la Universidad de Glasgow ha reconstruido las principales habitaciones en The Hunterian Gallery. El precioso comedor por ejemplo, que simboliza el crecimiento de la tierra, de la naturaleza, en tonos oscuros con unas preciosas pinturas murales, las famosas sillas Mackintosh o las lámparas… En el primer piso, el estudio y la sala de dibujo. Y más arriba, la habitación del matrimonio, totalmente en blanco.
La House for an Art Lover, una obra póstuma, en Bellahouston Park fue un proyecto que Mackintosh diseñó junto a su mujer para un concurso de una prestigiosa revista de diseño alemana pero que no vio la luz. Hasta que, en 1989, un equipo de arquitectos de la Escuela de Arte de Glasgow decidió construirla tal y como el matrimonio Mackintosh la concibió. Líneas sencillas, tradición escocesa, motivos orgánicos y florales, muchísima luz… Un verdadero homenaje al arquitecto.
Si quieres hacer una parada técnica, nada mejor que un afternoon tea en las Willow Tea Rooms. Se trata de un espacio icónico de Mackintosh, donde el arquitecto tuvo total libertad para diseñar el espacio, por dentro y por fuera, y los muebles. Se inauguró en 1903 y hoy se mantiene tal y como fue entonces. Pedid mesa en la Room de Luxe, la más original y con las mejores vistas.
Descubre el itinerario
- Alojamiento
- Londres
- Desayuno
- Londres
- Visita panorámica de Londres
- Desayuno
- Londres
- Desayuno. Cena.
- Edimburgo
- Desayuno. Cena.
- Edimburgo
- Visita panorámica de Edimburgo
- Desayuno. Cena.
- Culloden
- Inverness
- Castillo de Cawdor
- Desayuno. Almuerzo. Cena.
- Glasgow
- Visita panorámica de Glasgow
- Visita al Castillo de Stirling
- Desayuno.
- Glasgow
Conoce un poco más de Inglaterra y Escocia
Escocia
La gastronomía escocesa es muy variada y basada en el producto local. El plato nacional es el Haggis, un plato de aspecto poco apetecible pero tremendamente sabroso.
Hay muchos más platos tradicionales, como la ternera y el cordero, el salmón ahumado, los guisos de patatas, las salchichas, los fish and chips o la morcilla de avena. Entre los dulces, destacan las galletas de mantequilla, los caramelos, las mermeladas y las tartas de frutas. Y entre las bebidas, además de la gran variedad de tés, la ginebra, las cervezas y el popular refresco Irn-Bru, el whisky es el rey.
Inglaterra
La gastronomía inglesa se caracteriza por la diversidad, ya que, a lo largo de los siglos, ha absorbido la influencia de las colonias que formaban el Imperio Británico y la de todos los pueblos que han emigrado al país.
Aunque sus platos más tradicionales son el fish and chips (pescado rebozado con papatas fritas), el Sunday roast (asado acompañado de guisantes, patatas y zanahorias acompañados de un Yorkshire pudding) y los pies o pasteles rellenos de carne, pollo con champiñones o, en su versión más tradicional, de riñón; los británicos son grandes amantes del curry indio, la comida Punjabi de la frontera con Pakistán o la tailandesa con su típico Pat thai. Sus quesos más famosos son el Cheddar, del que fabrican multitud de variantes y el Stilton. Los scones y las galletas de jengibre son unos de sus dulces más tradicionales.
En cuanto a la bebida, tienen dos especialidades. Durante el día, disfrutan del té. Y cuando atardece, de la cerveza. Desde la más negra y espesa que se toma tibia hasta las ales más ligeras. Cada tarde después del trabajo y los fines de semana, los Pubs se llenan de trabajadores y amigos tomando pintas.
Escocia
Una de las compras más habituales en Escocia es la ropa: mantas, bufandas o corbatas de tartán, impermeables Barbour, trajes, chaquetas y calcetines escoceses, jerséis de lana, etc.
Y, por supuesto, el kilt, la famosa falda escocesa, con la que es recomendable comprar también unos calcetines altos. Y si queremos completar del todo la vestimenta tradicional, se puede comprar una gaita.
La bisutería y otro tipo de recuerdos de tipo celta cada vez están más de moda. Sin olvidar los caramelos y bombones, las mermeladas, los tés, las galletas de mantequilla y, por descontado, el whisky.
Inglaterra
La mayoría de las principales ciudades inglesas cuentan con una amplia oferta de centros comerciales, boutiques exclusivas, tiendas independientes y mercadillos, una oferta que en Londres alcanza una dimensión inabarcable.
Desde los almacenes más prestigiosos como Harrods, Selfridges o Liberty y las boutiques de los grandes diseñadores, hasta los mercadillos de antigüedades y ropa de segunda mano, en Londres se puede encontrar casi todo lo que uno imagine. En los últimos años, tras el cierre de muchos comercios tradicionales debido a los altos alquileres de los locales, ha surgido un movimiento de jóvenes diseñadores y creativos que apuestan por los productos hechos a mano y con una personalidad diferenciada de las grandes cadenas. Los mercadillos independientes, pop-up shops e internet son sus mejores armas para darse a conocer. También llama la atención la calidad de los souvenirs de sus museos, cuyo diseño sorprende y su calidad se aleja de la de los típicos recuerdos que se venden en otros países.
Fuera de Londres, en los mercadillos que se celebran en las localidades del interior de Inglaterra, los aficionados a las antigüedades y con dotes para el regateo podrán encontrar auténticas gangas.
Escocia
• 1 de enero: Día de Año Nuevo
•2 de enero
•Viernes Santo
•4 de mayo: Early May Bank Holiday
•29 de mayo: Spring Bank Holiday
•7 de Agosto: Summer Bank Holiday
•30 de noviembre: Día de San Andrés
•25 de diciembre: Navidad
•26 de diciembre: Boxing Day
Inglaterra
• New Year’s Day (Año Nuevo): 1 de enero
•Good Friday (Viernes Santo): marzo / abril
•Easter Monday (Lunes de Pascua): marzo / abril
•Primer puente de mayo: primer lunes de mayo
•Segundo puente de mayo (para celebrar la primavera): último lunes de mayo
•Puente de verano: último lunes de agosto
•Christmas Day (Navidad): 25 de diciembre
•Boxing Day (día de después de Navidad): 26 de diciembre
No hay ninguna vacuna obligatoria ni recomendada para viajar a Escocia o Inglaterra. Los ciudadanos de la Unión Europea que dispongan de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) expedida por las autoridades sanitarias del cada país, tienen derecho a una asistencia a un costo reducido e incluso gratis. Las condiciones sanitarias son muy buenas. Es aconsejable contratar un seguro de viaje lo más amplio posible antes de entrar en el país.
El idioma oficial en Inlgaterra y Escocia es el inglés. Aunque en Escocia también se puede escuchar escocés y gaélico.
El tiempo en Escocia es templado, variable y húmedo. En invierno, la temperatura media fluctúa entre los 2ºC y los 6ºC y en verano, entre 12ºC y 19ºC. Es decir, no es frecuente que haya épocas de temperaturas extremas, aunque siempre se pueden esperar días muy fríos en invierno, con temperaturas bajo cero, y días calurosos en verano, con termómetros por encima de los 20ºC. Y lluvia, siempre lluvia. No suele ser torrencial, sino más bien fina y pertinaz. Llueve todo el año, con un ligero aumento en diciembre, enero y julio, así que conviene no olvidar el paraguas o el impermeable, además de algún jersey y algo de ropa de entretiempo.
El clima de Inglaterra es bastante variable e impredecible, por lo que se recomienda estar preparado para todo en cualquier época del año. Si visitamos Londres durante el verano, es muy probable que necesitemos un jersey gordo o una cazadora y, lo que nunca puede faltar es un impermeable. Por otro lado, el clima no es extremo. Las temperaturas oscilan entre un mínimo de -10 grados en invierno y hasta 30 grados en verano. Son más bajas en el norte, donde las nevadas son habituales en invierno, y más suaves en el sur. En el oeste del país llueve más que en la zona este.