República Checa: Mercadillos de Navidad en Praga
- Duración
- 4 días
- Tipo de circuito
- Circuito
Clásica y cool, armónica y vibrante, mágica y sorprendente… así es la ciudad de las cien agujas. Un pasado convulso y un cruce de fronteras han delimitado la personalidad y la arquitectura de la ciudad, una de las más visitadas de Europa. Praga no entiende de calendarios, ni de estados civiles y mucho de menos de edad, enamora por igual. Siempre maravillosa, la capital de la República Checa puede presumir de tener una época que le sienta realmente bien: la Navidad. Con la recta final de noviembre, su espíritu, su decoración lumínica y sus mercados navideños hacen entrar en calor los días más fríos. Es entonces cuando su plaza principal, la Plaza de la Ciudad Vieja, reluce y la Torre del Reloj tiene que ceder su protagonismo al inmenso árbol, cada año traído de un lugar de la República Checa. Junto a él, el belén y decenas de casetas de madera con artesanía, gastronomía y adornos navideños. Eso sí, receloso o no, desde lo alto de la torre muestra la mejor panorámica de la Praga más navideña. Y es que cualquier hora es buena para acercarse a la plaza para conocerla, socializar, tomarse un chocolate, un vino caliente o saborear una salchicha. Pero este no será el único que encuentres mientras recorres la ciudad, también los hay en la Plaza de Wenceslao o la República, por ejemplo.
“Bésate, y mucho, en el Callejón del oro”
Podrás descubrir su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, a pie, en bicicleta e incluso en un carruaje tirado por caballos. Podrás sentirte Cenicienta camino del Castillo del Príncipe; que, por cierto, cuenta con una de las ciudadelas más grandes del mundo. El Puente de Carlos, la catedral de San Vito o la Torre de la Pólvora serán otros de los lugares que a buen seguro te robarán el corazón. Incluso algún que otro beso, como el Callejón Dorado, decorado con coronas de muérdago. Si te quieres relajar como lo hacía la aristocracia en el siglo XIX no dudes en viajar a la ciudad balneario de Karlovy Vary. ¡No leas cuentos de hadas, vívelos!
Vive experiencias únicas
Praga, la capital de la República Checa, es una de las joyas de Europa. Con aires de cuento, su elegancia y belleza late con fuerza en su plaza principal, la Plaza de la Ciudad Vieja. En ella encontrarás la Iglesia de Nuestra Señora de Týn, la Iglesia de San Nicolás y el Ayuntamiento con su impresionante Reloj Astronómico; centro de todas las miradas hasta que se acercan las navidades. Época en la que le sale un duro competidor: el gigantesco árbol de Navidad. Con sus hasta 1.000 bombillas hacerse una foto en él es la mejor de las postales navideñas. Junto a él, el mayor de los mercados de Navidad de la Ciudad de las Cien Torres, y el más antiguo. Coquetos puestecitos de madera con sus techos rojos y sus luces rodean la plaza más concurrida de la ciudad
Un vino caliente, chocolate, artesanía … un buen momento para saborear la gastronomía local, entrar en calor y por qué no, ayudar a Papá Noel y los Reyes Magos en su tarea de hacer felices a niños y mayores. ¿Sabías que la tradición del mercado de San Nicolás comenzó en el siglo XIX? Mientras los praguenses se encontraban en las misas Rorate, los comerciantes llegaban a la plaza para vender castañas y patatas asadas. En la plaza también podrás disfrutar de su Belén, un plan ideal si viajas con peques. Y si quieres disfrutar de la mejor de las estampas navideñas, no dudes en subir al mirador de la Torre del Ayuntamiento. Y es que cuando la Navidad se acerca, la Ciudad Dorada brilla con luz propia.
¿Has oído hablar de los Vánočka? ¡No puedes irte de Praga sin probarlo! Se trata de uno de los postres más típicos del país y viene a ser como una especie de trenza navideña que se suele tomar en el desayuno. Una tradición que data del siglo XVI. Avisamos de que es toda una bomba calórica… Otra sugerencia, las galletas de pan de jengibre.
Si hay un barrio mítico, con historia, que no puede faltar en tu ruta por la elegante y hermosa Praga, ese es el Barrio del Castillo. Creerás ser el protagonista de un cuento infantil. Más aún, haber viajado hasta el pueblo de Papá Noel si lo haces en el mes de diciembre. Prepara la cámara de fotos, el Callejón del oro te va a derretir. Sus pequeñas casitas adosadas a la muralla decoradas con adorno navideños, en las que en su día habitaron, primero la guardia, después los orfebres, dejarán volar tu imaginación.
¿No crees que en ellas perfectamente podrían habitar los gnomos y elfos, ayudantes de Papá Noel? Un lugar ideal para familias con niños. También para parejas, sus encantadores rincones y sus puertas decoradas con muérdago, convertirán tu paseo en uno de los más románticos. Otro de los puntos que deberás visitar será la catedral de San Vito donde su elegante árbol de navidad te dará la bienvenida.
El muérdago ha sido considerada durante siglos como la planta mágica, pero también la del amor. ¡No dejes de besarte bajo ella en Navidad! Tu amor será eterno.
Descubre el itinerario
- Alojamiento
- Praga
- Visita panorámica de Praga
- Desayuno
- Praga
- Desayuno
- Praga
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Conoce un poco más República Checa
La cocina checa se inspira en la alemana y la austríaca, que se fundamenta en el trigo, las legumbres, las patatas y la carne.
El plato nacional es el cerdo asado con pasta y col, aunque existen dos formas de prepararlo: al estilo de Bohemia, con col ácida, y con col más dulce como se prefiere en Moravia. El lomo marinado es otro clásico; consiste en especie de roast beef acompañado con una crema de arándanos y rodajas de limón. La sopa es obligatoria al mediodía y suele llevar trozos de carne.
Una comida bohemia arranca con un aguardiente frío y unos entremeses. El pescado y el postre no son muy habituales.
Cualquier souvenir o recuerdo te hará recordar este precioso destino que es la República Checa. Pero, si quieres regalar un objeto representativo deberás hacerte con una de las tradicionales marionetas -el teatro de títeres es popular en tierras checas desde el siglo XVII- o con una joya de granate checo (con su singular color rojizo) que hará sentir a su destinatario como uno de los reyes y nobles del medievo que portaban estas piedras semipreciosas.
Para los sibaritas hay muchas opciones, entre ellas, comprar las riquísimas obleas de Karlovy Vary rellenas de dulce que se pueden comprar aún calientes (se venden empaquetadas para regalar); el becherovka, la tradicional bebida de Karlovy Vary que mezcla alcohol, azúcar natural y una mezcla de 32 hierbas y especias que le confiere ese característico sabor amargo; un buen vino de Bohemia o Moravia; o simplemente una clásica (y económica) cerveza, como la Pilsner Urquell o Budvar. Otro acierto seguro será obsequiar con un objeto del tradicional cristal de Bohemia. Si no tienes sitio en la maleta, muchas tiendas te lo enviarán a casa por correo.
• 1 de enero- Día de la Restauración del Estado Checo Independiente y Año Nuevo
• Viernes Santo
• Lunes de Pascua
• 1 de mayo Día del Trabajador
• 8 de mayo- Día de la Victoria. Día de la Liberación del Fascismo
• 5 de julio- Día de los apóstoles eslavos San Cirilo y San Metodio
• 6 de julio- Día de la muerte en la hoguera del maestro Jan Hus
• 28 de septiembre- Día del Estado Checo
• 28 de octubre- Día de la Fundación del Estado Checoslovaco Independiente
• 17 de noviembre – Día de la Lucha por la Libertad y la Democracia
• 24 de diciembre- Nochebuena
• 25 de diciembre– Primer Día de Navidad
• 26 de diciembre– Segundo Día de Navidad
Los cajeros automáticos están en todo el país y casi todos aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard, Maestro, Cirrus, American Express, etc.).
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
No hay ninguna vacuna que sea necesaria. Antes de realizar el viaje, se recomienda contratar un seguro privado. Los ciudadanos de la Unión Europea que dispongan de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) expedida por las autoridades sanitarias de cada país tienen derecho a una asistencia médica imprescindible, y la compañía de seguros no pagará el coste que supere el límite de esta asistencia imprescindible. Si el viajero debe ir al hospital, se recomienda acudir siempre con el pasaporte, la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) y las tarjetas de crédito. Si necesita más información puede ponerse en contacto con los servicios de la Seguridad Social o seguro médico privado de su país. Si requiere viajar o comprar algún medicamento, intente viajar siempre con el embalaje y la receta original expedida por su médico.
Los extranjeros quizá tengan que pagar por adelantado algún tratamiento médico que, posteriormente, les reembolsaran su compañía sanitaria ya sea pública o privada. Para ello, es necesario guardar toda la documentación y facturas originales.