Finlandia: Perlas del Báltico, Rusia Imperial y Anillo de Oro
Un viaje por los países del Báltico
Explorar circuitoFinlandia: Perlas del Báltico, Rusia Imperial y Anillo de Oro
- Duración
- 14 días
- Tipo de circuito
- Circuito
Coge el abrigo, zapato cómodo y lánzate a la aventura en este maravilloso viaje por los países bañados por el mar Báltico, países con mucho que enseñar, donde el patrimonio monumental iguala al natural. Suecia te dará la bienvenida y será el comienzo de esta experiencia al norte de Europa. Aquí tendrás una visita de lujo junto a un guía local que te enseñará cada rincón de la ciudad, zona vieja, el Gamla Stan, pasaremos por la Gran Plaza, la Catedral, el Palacio y muchos lugares más. Finlandia es tu próxima parada, en concreto su capital Helsinki, una ciudad vibrante, moderna y progresista. Tendrás tiempo suficiente para conocer sus calles y plazas. Cuando estés en este país tendrás la oportunidad de conocer Tallin, la capital de Estonia, una excursión que merece la pena, por la belleza de su casco antiguo flanqueado por una muralla de los siglos XIII y XVI.
“¿Sabías que Estocolmo se le conoce con el nombre de ‘la Venecia del Norte’? Y es que esta ciudad está formada por 14 islas, separadas por canales y unidas por puentes”
La segunda parte de este viaje va a estar dedicada única y exclusivamente a Rusia, el país más grande del mundo geográficamente. La bella ciudad de San Petersburgo será la primera ciudad rusa que conozcas. Esta urbe se caracteriza porque es preciosa. Sus fachadas, amplias calles, canales e iglesias ortodoxas repletas de colores, son algunos de los elementos que te llamarán la atención en la visita por esta ciudad. El Palacio de Invierno, el Edificio del Estado Mayor y el Hermitage serán alguno de los edificios que visites. La capital de Rusia te espera, Moscú, y llegarás a ella a través del tren nocturno para aprovechar el día. La Plaza Roja, la catedral de San Basilio, el Metro de Moscú y muchos lugares más te estarán esperando en Moscú.
Descubre el itinerario
- Cena. Alojamiento.
- Estocolmo
- Desayuno. Almuerzo
- Estocolmo
- Visita panorámica de Estocolmo
- Desayuno. Cena.
- Helsinki
- Desayuno.
- Helsinki
- Panorámica de Helsinki
- Desayuno.
- Helsinki
- Desayuno. Cena.
- Porvoon
- San Petersburgo
- Desayuno. Almuerzo.
- San Petersburgo
- Panorámica de San Petersburgo
- Desayuno.
- San Petersburgo
- Desayuno.
- Moscú
- Desayuno. Almuerzo.
- Moscú
- Panorámica de Moscú
- Desayuno.
- Moscú
- Desayuno. Almuerzo. Cena.
- Sergiev Posad
- Vladimir
- Catedral de San Demetrio y de la Asuncion
- Desayuno. Almuerzo. Cena.
- Suzdal'
- Moscú
- Desayuno.
- Moscú
Vive experiencias únicas
Bienvenido, viajero, al corazón de Estocolmo. Aquí nació la ciudad y aquí sigue mostrándose en su máxima expresión. Así que si llegas por la tarde a la ciudad, lo mejor que puedes hacer es dejar las maletas en el hotel y darte un paseo por este laberinto de callejuelas adoquinadas, casas señoriales y avenidas plagadas de tiendas. Será, sin duda, la mejor primera toma de contacto con Estocolmo. Aquí se empezó a levantar la ciudad en el siglo XIII, que fue creciendo hasta que el castillo de Tre Kronor fue arrasado por el fuego en el siglo XVIII.
Después, la ciudad antigua entró en depresión y nadie quería vivir allí. Te va a resultar difícil creerlo viéndola ahora, porque actualmente es una de las zonas más codiciadas de la capital sueca. Como comprarse una casa allí es prohibitivo, tendrás que conformarte con pasear por sus calles y bucear en sus tiendas. También puedes visitar algún museo, como el Nobel o el de Correos, y acercarte hasta el Palacio Real y la Capilla Real. Si puedes, hazlo coincidir con el cambio de guardia, una bella ceremonia que se celebra en la explanada frente a la gran residencia de los reyes suecos.
Si paseas por Västerlanggatan, busca el número 81 y asómate: verás Marten Trotzigs Gränd, la calle más estrecha de Estocolmo con menos de un metro de anchura.
Seguro que tanto paseo te abre el apetito. Un consejo: acércate al Den Gyldene Freden para degustar alguno de los platos tradicionales de la cocina sueca. Es el restaurante más antiguo de toda la ciudad –se fundó en 1722- y mantiene la misma decoración desde el día en que abrió sus puertas.
Amantes del arte: no os podéis perder el Moderna Museet. Cuenta con una de las colecciones de arte moderno más completas de todo el mundo, es un edificio impresionante y está situado en pleno centro de Estocolmo, en el barrio de Skeppsholmen. Allí te esperan Picasso, Dalí, Miró, Braque o Matisse, entre otros. En total, se exponen 5.000 pinturas, 25.000 dibujos, 100.000 fotografías y 400 películas, así que puedes dedicarle toda una mañana y aun así no te dará tiempo a verlo todo porque, además, hay una biblioteca, un cine y diversos espacios para exposiciones temporales, conferencias, seminarios o talleres para niños. Aunque el museo se inauguró en 1958, el edificio actual es de finales del siglo XX y está diseñado por el arquitecto español Rafael Moneo.
Y si entre tanto arte se te abre el apetito, sube al restaurante del museo, que además de calmar tu gazuza te permitirá contemplar unas preciosas vistas de Estocolmo. Para completar la visita, con una entrada combinada, puedes acercarte al Museo de Arquitectura, situado justo al lado en un pabellón de prácticas de la marina, que cuenta con una exposición permanente que explica más de 10 siglos de la historia de la arquitectura sueca mediante una colección de 2,5 millones de documentos.
El museo abre todos los días excepto el lunes. Entre semana, abre a las 10 horas para cerrar a las 20 horas los martes y los viernes y a las 18 horas los miércoles y los jueves. El fin de semana abre desde las 11 hasta las 18 horas. Hay audio guías en sueco y en inglés.
Bienvenido, viajero, al país del café donde no se cultiva café ni hace calor. No estás en Italia, ni en Colombia, ni en Portugal. Estás en Finlandia, una nación que siente pasión por esta bebida. De hecho, cuando te sientes en una cafetería es más que probable que estés rodeado de ‘expertos’, porque los finlandeses siempre están en los primeros puestos de la clasificación mundial de bebedores de café.
Desde principios de siglo la literatura y el arte han dejado constancia de la pasión de los finlandeses por esta bebida. Y a día de hoy lo puedes comprobar con un simple paseo por Helsinki. Da igual que sea verano o invierno. Si hace frío, una humeante taza les acompaña tras el cristal de los cafés. Y si hace calor, las terrazas se llenan de expertos en el negro brebaje. Así que como ‘allí donde fueres haz lo que vieres’, tómate un café cuando estés en Helsinki. O mejor más de uno.
La mejor manera de acompañar una taza de café y sentirse como un finlandés más es acompañándola de un pulla (bollito) de canela.
Aunque no seas consciente, sabes al menos una palabra en finés: sauna. Es una de las tradiciones finlandesas más conocidas y extendidas por el mundo así que, querido viajero, ¿qué mejor momento para sudar un rato dentro de esa sala de madera más caliente que el tridente del demonio? Para hacerlo, Helsinki ofrece un amplio abanico de posibilidades aunque la más recomendable es aventurarse a una de las varias saunas públicas que podemos encontrar por toda la ciudad.
Ten en cuenta que las saunas públicas están separadas por sexos y que no hace falta reservar, salvo en el caso de que quieras una privada. Si necesitas el material lo puedes alquilar. Entre este último se incluye, si quieres completar la experiencia como mandan los cánones, la vihta, es decir, esas ramas de abedul con las que azotarse.
También tienes la opción de acercarte a Saunasaari, una isla sauna cercana a Helsinki a la que se llega en taxi acuático, donde puedes alquilar una todo un día con comida de picnic incluida.
Se llama la plaza de los Teatros y hace honor a su nombre. Hasta tres grandes teatros se juntan en esta zona del centro de Moscú que rezuma cultura por todos los lados. Si tienes que elegir uno, no lo dudes: el Bolshoi es el más famoso y representativo.
Su edificio actual data de 1825 y fue completamente rehabilitado en 2005. Para verlo tienes dos opciones. Por un lado, puedes contratar la ruta guiada que organiza el propio teatro los lunes, miércoles y viernes. Eso sí, las explicaciones son en inglés y por eso, ya que te pones, quizá la opción más completa y apasionante sea disfrutar en directo de una de sus representaciones. En el Bolshoi se celebran espectáculos en tres ubicaciones diferentes: el escenario principal o histórico, el nuevo escenario y el Beethoven Hall.
No podrás comprar las entradas para el recorrido guiado por el teatro a través de internet, así que tendrás que ir a las taquillas. Eso sí, conviene que vayas pronto para asegurarte un hueco. Las entradas para las representaciones se pueden comprar a través de la página web.
Sergei Posad es la capital religiosa de Rusia, así que vas a encontrar a centenares de peregrinos y fieles rezando al patrón del país, San Sergio. No te sorprendas si ves a muchos de ellos cargados con garrafas y botellas vacías. Se disponen a llenarlas del agua ‘bendita’ que brota de un manantial descubierto por los monjes dentro de la capital de la Asunción.
Para completar la experiencia, ponle una vela a San Sergio, cuyos restos mortales reposan en el bello monasterio de la Trinidad de esta localidad del Anillo de Oro. Puedes traerla de casa o, de nuevo, comprársela a los monjes que aún habitan el convento. Y puestos a comprar, otra buena opción es adquirir aquí una Matrioska para poder decir a tu vuelta a España que tu muñeca es de la ciudad de donde son originarias en Rusia.
En la ruta desde Moscú hasta Sergei Posad, mira por la ventana y fíjate en el paisaje plagado de dachas, las casas de fin de semana y veraneo de los moscovitas.
Conoce un poco más Rusia
Una extensión enorme y una historia tan rica sólo podían generar una gastronomía variada y ecléctica, enriquecida por las influencias que llegan desde el Báltico hasta el Extremo Oriente.
La abundancia de cereales y verduras genera un enorme surtido de panes, ensaladas y aperitivos, y sirven como base a las sopas, uno de los platos fundamentales en la cocina rusa. Destacan, por ejemplo, la shchi (hecha de repollo) y la solyanka (con verduras encurtidas, carne y patatas). También son típicos los zakuski o aperitivos y las ensaladas, entre las que destaca la salat olivye (carne picada, queso y verduras mezcladas con mayonesa) y la selyodka pod shuboi (literalmente, ‘arenques con abrigo de piel’). La comida tradicional rusa contiene mucha carne y es bastante pesada, aunque el pescado también es muy popular, gracias a la gran variedad, entre la que destaca el salmón, el esturión o el lucio. Como en todos los países fríos, suele haber predilección por los platos muy calóricos.
Es difícil marcharse de Rusia sin llevarse una matrioshka en la maleta. Estas muñecas de madera apiladas unas dentro de las otras son el recuerdo más tradicional de Rusia y se pueden encontrar en todos los puestos de artesanía y las tiendas de souvenirs.
Otra opción económica son las palej, unas cajitas de madera cuya tapa está decorada con diversas escenas. También es habitual comprar prendas para combatir el frío, como los gorros de piel o el pañuelo de babushka, hecho con lana fina. No podemos olvidar el ámbar de la costa del Báltico –aunque hay que tener cuidado con las falsificaciones-; la Gzhel, una porcelana azul y blanca, y el samovar, la tetera tradicional rusa. Y si optamos por un recuerdo gastronómico, una botella de vodka o una lata de caviar –un máximo de 250 gramos- siempre serán una excelente opción.
• Año Nuevo: 1 de enero
• Navidad ortodoxa rusa: 7 de enero
•Día de los Defensores de la Patria: 23 de febrero
•Día Internacional de la Mujer: 8 de marzo
•Día del Trabajo y de la Primavera: 1 de mayo
•Día de la Victoria: 9 de mayo
•Día de Rusia: 12 de junio
•Día de la Unidad Popular: 4 de noviembre
•Día de San Petersburgo: 27 de mayo
•Día de Moscú: 10 de septiembre
El visado es obligatorio para poder entrar en la Federación Rusa y debe gestionarse antes de partir, porque no se otorga en el control fronterizo. Quien no tenga visado, será devuelto a su país en el siguiente vuelo de la compañía aérea con la que viajó. El visado es una etiqueta que normalmente suele ir pegada en una página del pasaporte. No hay que confundir la invitación para la solicitud del visado –que se puede comprar en agencias de viajes o por internet u pedir al hotel donde nos vayamos a alojar- con el visado en sí. Una vez obtenido éste, conviene revisar que todos los datos son correctos.
Asimismo, es recomendable revisar el estado del pasaporte porque, según alertan desde el Consulado ruso en España, en los últimos años los pasaportes españoles pueden venir con un defecto de fábrica que hace que las tapas se despeguen y, si eso sucede, no le dejarán entrar en la Federación Rusa. Compruebe que el pasaporte esté bien pegado abriendo varias veces con un giro de 180 grados las tapas y las páginas centrales. Además, el pasaporte debe tener una foto actualizada y tiene que estar vigente hasta un mínimo de seis meses después de la finalización del visado.
Los cajeros automáticos están en todo el país y casi todos aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard, Maestro, Cirrus, American Express, etc.).
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.