Día 5: Golden - Canmore. Lagos, glaciares y paisajes de impresión
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Visitas
Parque Nacional Yoho
Glaciar Athabasca
Explorador de hielo
Una vez que hayas terminado de dar buena cuenta del desayuno americano del hotel, te recogerán para iniciar un nuevo y apasionante recorrido por tierras canadienses. La primera visita del día será al Parque Nacional Yoho, una espectacular reserva natural que, con “solo” 1.300 kilómetros cuadrados de superficie, es la más pequeña del país. Este parque, fundado en 1885, cuenta con un buen número de bosques, montañas nevadas, lagos de aguas cristalinas e increíbles cascadas. Una de las imágenes más reconocibles y famosas del Parque Nacional Yoho es la del Lago Esmeralda, llamado así por el color de sus aguas. Está rodeado de montañas y árboles, y se alimenta del deshielo de los glaciares circundantes. ¡Realmente precioso! Después de hacer una parada en el Lago Esmeralda para disfrutar del paisaje y de las vistas del Glaciar Leche, realizarás una segunda parada en un lugar llamado ‘Natural Bridge’. Su nombre significa ‘Puente Natural’, y se trata de una curiosa formación rocosa fruto de la erosión del agua, que fue perforando la piedra caliza a lo largo de los siglos hasta crear un puente natural de lo más pintoresco.
Tras tu paso por el Parque Nacional Yoho, será el momento de dejar atrás la provincia canadiense de Columbia Británica y entrar en la de Alberta. Allí te espera otro maravilloso parque natural: el de Banff, uno de los más populares y visitados de las Montañas Rocosas. Cuenta con una extensión de 6.641 kilómetros cuadrados, y fue fundado en 1885. Algunos de los reclamos de esta espectacular reserva natural son sus frondosos bosques, sus montañas cubiertas de nieve durante todo el año, sus campos de hielo, sus cascadas, sus lagos, su flora y su fauna salvaje.
Después de conocer el Parque Nacional Banff, reemprenderás tu ruta, tomando la Carretera 93, también conocida como la carretera de los campos helados, hasta llegar al Glaciar Athabasca. Se trata de una de las masas de hielo más grandes que hay por debajo del Círculo Polar Ártico, así como una de las más importantes de toda Norteamérica. Tal es su belleza que la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1984. Para que puedas sacarle el máximo partido a tu paso por el Glaciar Athabasca, hemos incluido en tu itinerario un recorrido de una hora y media a bordo de un autobús turístico conocido como ‘El Explorador de Hielo’. Subido en este singular vehículo, podrás admirar los bellos paisajes y disfrutar a lo grande del glaciar. Te recomendamos que metas en tu maleta un buen abrigo y unos buenos zapatos de piel que te permitan permanecer calentito a lo largo de esta jornada.
Una vez que haya concluido tu paseo en el ‘Explorador de Hielo’, tendrás tiempo libre para almorzar tranquilamente por la zona (esta comida no está incluida en tu itinerario) y, a continuación, tomarás de nuevo la pintoresca Carretera 93 para poner rumbo a Canmore, tu siguiente destino. Por el camino realizarás varias paradas que enriquecerán aún más tu experiencia viajera en Canadá. Conocerás, por ejemplo, el Lago Peyto, situado a 2.000 metros sobre el nivel del mar, y cuyas aguas de color azul turquesa y su precioso entorno lo convierten en uno de los más bonitos del país; el Lago Bow, casi a la misma altura que el anterior, alimentado por el deshielo del glaciar del mismo nombre y que es uno de los más grandes del Parque Nacional Banff, o el Lago Louise, que se encuentra a 1.750 metros sobre el nivel del mar y que está considerado uno de los lagos más fotografiados del planeta.
Después de conocer estos tres preciosos lagos, y de pasar un día entero disfrutando de la naturaleza canadiense, llegarás, por fin, a Canmore, un bonito pueblo en el que tendrás tiempo libre hasta que llegue la hora de retirarte al hotel a descansar.