Las experiencias en cada puerto van a ser inolvidables. Y es que además de disfrutar de las actividades y comodidades que te ofrece el crucero y su tripulación durante los días de navegación, las paradas en los puertos más interesantes van a ser parte de la aventura. Ciudades monumentales, repletas de vida y patrimonio te darán la bienvenida.
Inspirada en un cuento de Hans Christian Andersen, la escultura de La Sirenita es todo un emblema de Copenhague. Situada sobre una roca cerca del puerto, la icónica y fotogénica escultura de bronce mide algo más de un metro de alto y fue realizada por Edvard Eriksen a principios del siglo XX. Aunque su obra se debió al encargo de la familia Jacobsen, propietarios de la famosa fábrica de cerveza Carlsberg, fue donada a la ciudad.
Los Jardines Tivoli es uno de los parques de atracciones más antiguos del mundo, pues fue inaugurado el año 1843. Montañas rusas, coches de choque, carruseles, juegos de feria y galerías de tiro ofrecen diversión y aventuras a los visitantes. Y no hay que olvidar tampoco otros increíbles y mágicos puntos como la Pagoda, basada en la arquitectura tradicional china, y su restaurante de comida china; el Teatro de Pantomima, el pabellón más antiguo del parque, lugar donde se celebran espectáculos musicales y de ocio; o el palacio de estilo árabe que alberga en su interior el restaurante Nimb.
El Castillo de Rosenborg es una auténtica joya que data del siglo XVII. Se trata de un castillo-palacio que se caracteriza por su ladrillo de color rojo. Originalmente, se construyó como residencia veraniega del monarca Christian IV y posee un precioso estilo renacentista junto a un fantástico jardín, además de un foso con agua. Y es que el Castillo de Rosenborg es una obra maestra de lo más interesante y adentra al visitante en un escenario propio de un cuento de hadas.
Sin lugar a dudas, uno de los rincones imprescindibles de Copenhague es el concurrido Nyhvan. Se trata de un famoso canal lleno de vida y ambiente que data del siglo XVII y que servía como puerta de entrada para los comerciantes. Además, Nyhvan tiene mucho que ofrecer como, por ejemplo, disfrutar de dar un agradable paseo rodeado de las fachadas coloridas de las casitas y los barcos de madera o tomar algo en sus cafés y restaurantes con terraza.