Las experiencias en cada puerto van a ser inolvidables. Y es que además de disfrutar de las actividades y comodidades que te ofrece el crucero y su tripulación durante los días de navegación, las paradas en los puertos más interesantes van a ser parte de la aventura. Ciudades monumentales, repletas de vida y patrimonio te darán la bienvenida.
Construido en el año 1.088, el bizantino Monasterio de San Juan es un auténtico tesoro. Tiene una estructura arquitectónica parecida a la de una fortaleza, y eso es así porque tenía como finalidad proteger de los saqueos objetos religiosos de gran valor. Asimismo, tiene una nave central y cinco capillas. Frescos, pinturas, iconos, manuscritos y la tumba del beato son algunas de las maravillosas joyas que aguarda el lugar. Asimismo, el monasterio ofrece unas vistas privilegiadas, de postal.
En la carretera que une los pueblos de Chora y Skala, en medio de la montaña, se encuentra la gruta del Apocalipsis. Se trata del lugar donde, se supone, San Juan tuvo visiones y revelaciones que le llevaron a escribir el Apocalipsis del Nuevo Testamento. Subiendo una serie de escalones empinados, se llega a la misteriosa y curiosa cueva donde se alojó San Juan. Actualmente, está decorada por iconos y murales del siglo XII e iluminada con farolillos colgantes. Asimismo, los dos elementos que despiertan más interés son la piedra sobre la que, según se dice, San Juan apoyaba su cabeza mientras dictaba su obra y el atril donde Prochoros la escribía.
Chora es una localidad única y especial. Sus callejuelas estrechas forman un laberinto mágico rodeado por casitas blancas, mansiones, patios, terrazas, arcos y capillas. Una auténtica maravilla bizantina que invita a dar un paseo de lo más agradable. Además, su increíble centro está repleto de bares, restaurantes, tiendas de artesanía y galerías de arte. Aunque, sin lugar a dudas, el imponente Monasterio de San Juan (ya mencionado y detallado antes) a lo alto de Chora es la mayor atracción.
Skala es la localidad más habitada de Patmos con apenas 1.500 habitantes, y posee el puerto de llegada a la isla. Tiendas, restaurantes, cafés y hoteles hacen del pueblo, un lugar de lo más animado. Asimismo, Skala conserva su aspecto tradicional con sus coquetas casitas blancas y sus mansiones señoriales de tejados rojos. Nunca se llegó a desarrollar una ciudadela amurallada, lo cual dificultó el desarrollo en la zona, pues los piratas saqueaban constantemente. De hecho, cuando había peligro los habitantes se trasladaban a Chora para refugiarse en el monasterio.