Casa Blanco, conocido antiguamente como Palacete de las Sendas, era un viejo caserón abandonado a su suerte por descendientes de una de las familias más influyentes de la provincia gaditana. La adquisición del inmueble por parte del grupo hotelero al que pertenece, llevó a cabo una imponente reconstrucción basada en el uso de materiales similares a los que en su día conformaron la casa y la incorporación de las modernidades que permitieran a los huéspedes disfrutar de una estancia en la que no se echara de menos nada.
Tan solo siete habitaciones se reparten en las dos plantas de que consta el edificio. Siete habitaciones que por su practicidad y comodidad hacen de la estancia un placer comparable al del que se disfruta en esta ciudad, la más meridional del continente europeo y desde donde se puede contemplar la costa africana y desde donde, a decir de muchos, se dan las puestas de sol más bonitas el mundo.
Y aún más. Desde el alojamiento son apenas 300 metros de distancia a las bellísimas playas de Tarifa, el puerto a menos de 200 metros y restaurantes y tiendas, a un paseo que se hace entre calles milenarias que rezuman el ambiente de una ciudad viva que atrae para quedarse y no marcharse nunca.
La Casa Blanco se encuentra a 25 minutos en coche de Algeciras y a 45 km de Gibraltar y de La Línea de la Concepción.
Algún nombre debíamos dar a esta habitación y aunque el nombre se le queda pequeño, es el que hemos considerado para las habitaciones con características no tan especiales como las de las otras. En ellas se respira el ambiente de la violeta, la mimosa y el lang, se goza del placer de sábanas de algodón 100% y la ducha es uno de los placeres que ansiarás más después de la playa. Totalmente exteriores como todas las habitaciones de nuestro establecimiento, cuentan con televisión y wifi gratuita, creadas con un ambiente combinado de modernidad con la serenidad de los muros centenarios en que radica el edificio.Como el resto de las habitaciones, disponen de un autoservicio de café e infusiones en la zona común, así como de una terraza en la que se puede apreciar el cielo andaluz en todo su esplendor y alternar con otros huéspedes si se desea.
Monumento emblemático que conmemora la toma de la ciudad por Sancho IV el Bravo en 1292.