A escasos metros de la Plaza Sant Jaume, en pleno centro del emblemático barrio Gótico barcelonés, y muy cerca del Born se encuentra este fantástico hotel con conexión Wi-Fi gratis. Su privilegiada localización te permite estar a un paseo de los rincones más carismáticos de la ciudad.Las líneas minimalistas de nuestro hotel crean un interesante contraste con los edificios colindantes. Además, puedes conocer Barcelona desde todas sus perspectivas gracias a las vistas panorámicas desde la piscina de nuestra terraza.
Este flamante hotel está situado en el corazón del Barrio Gótico de Barcelona. Está situado en la Calle Avinyó, una de las calles con más vida y más conocidas de la ciudad, llena de restaurantes, bares y tiendas de moda. El hotel está cerca andando de la mayoría de lugares de interés de Barcelona y es, sin duda, la base ideal para salir a descubrir Barcelona. El aeropuerto internacional de Barcelona está a 19 km del hotel.
Las habitaciones, modernas y confortables, disponen de 1 cama doble o 2 individuales. Están dotadas de cuarto de baño con bañera, ducha y secador de pelo, así como de las siguientes comodidades: teléfono de línea directa, TV vía satélite con canales internacionales, conexión a Internet WiFi, minibar, caja fuerte, aire acondicionado y calefacción regulables y balcón o terraza.
Se sirve diariamente un desayuno de bufet. Número de inscripción en el Registro de Turismo de Cataluña: HB-004430.
Se acepta las siguientes tarjetas de crédito: American Express, Diners Club, MasterCard y Visa.
Check-in a partir de las 15:00
La plaza Real de la ciudad de Barcelona (Plaça Reial en catalán) es una plaza pública de forma trapezoidal que colinda con La Rambla y está situada en el Barrio Gótico de la Ciudad. Fue obra del arquitecto Daniel Molina.Concebida como neoclasicista a mediados del siglo XIX sobre un tejido destruido de la ciudad, cuenta con la particularidad de que su ritmo clásico se subvierte, cambiando mínimamente los espacios entre pilastras, para dar la impresión de que la plaza es cuadrangular. El arquitecto también tuvo la sutileza de permitir la creación de pasajes para conectar las calles del tejido medieval que habían quedado cortadas por la plaza.