Disfrute de una relajada estancia en este distinguido hotel, que cuenta con una cálida atmósfera. Fue restaurado en el 2004 y tiene seis plantas en las que se reparten un total de 44 habitaciones. Será muy bien recibido en el acogedor hall de entrada, con ascensor y un área de recepción abierta las 24 horas del día, donde se le ofrece caja fuerte, guardarropa y servicio de cambio de divisa. Además, el hotel también cuenta con un comedor para el desayuno. Para saciar el apetito de los huéspedes, el hotel tiene un acogedor restaurante en el que podrá deleitar a su paladar con las exquisitas especialidades que le servirán. El hotel es ideal para los que viajen por motivos de negocio, ya que tiene una sala de conferencias con conexión inalámbrica a Internet y con capacidad para 20 personas. También tiene a su disposición servicio de atención médica. Podrá aparcar su vehículo en un garaje o en una plaza de aparcamiento en el exterior.
Este encantador hotel cuenta con una céntrica ubicación en París, a solamente unos pasos de la Place de la Nation. A 10 o 15 minutos andando también puede encontrar la Ópera de la Bastilla. Enfrente del hotel está la estación de metro Rue des Boulets. En los alrededores podrá encontrar una gran cantidad de tiendas, comercios y lugares de ocio y entretenimiento. En media hora en coche puede llegar al famoso Disneyland París.
Todas las habitaciones se han equipado y decorado de forma moderna y con mucha elegancia. Disponen de un cuarto de baño propio con ducha, bañera y secador de pelo. Además, cuentan con teléfono de línea directa, televisión vía satélite o por cable, radio, conexión a Internet y caja fuerte de alquiler. En todas las habitaciones hay una cómoda cama extra grande, así como calefacción central. Desde el balcón tendrá unas preciosas vistas.
Todas las mañanas se le ofrece desayuno en forma de bufet, para que pueda servirse lo que quiera.
En su centro se alza la colonne de Juillet, coronada por el famoso Génie de la Liberté, que conmemora la revolución de 1830. Pero la plaza es muy conocida por otra revolución: la de 1789. En esta época, el lugar estaba ocupado por la prisión de la Bastille, símbolo del poder absoluto del Ancien Régime. De esta prisión, destruida después de la Revolución Francesa, no queda nada. Hoy en día, la plaza sirve de marco para grandes eventos populares – conciertos, ferias, marchas ciudadanas – y de punto de encuentro ineludible para los noctámbulos que frecuentan los bares y restaurantes de los alrededores, sobre todo los de la rue de la Roquette.