Esta antigua posada para los que viajaban en carruaje en el siglo XVI, en una preciosa mansión con muros de entramado de madera, fue cuidadosamente renovada en 2009 y ofrece un prestigioso emplazamiento y un confort moderno. Este hotel urbano, adecuado para familias, recibe a sus huéspedes en un vestíbulo con servicio de salida y recepción 24 horas, caja fuerte, servicio de cambio de divisas, guardarropa y ascensor. Otras instalaciones disponibles para los huéspedes de este hotel climatizado de 57 habitaciones incluyen quiosco de prensa, cafetería, bar y restaurante, sala de conferencias, conexión a Internet WiFi, servicio de habitaciones y servicio de lavandería.
Este encantador hotel histórico está situado en el centro de Estrasburgo, cerca de la catedral y del río Ill, y está considerado como uno de los establecimientos más bellos en Estrasburgo. Su ubicación central proporciona fácil acceso a los famosos lugares de interés de la ciudad, como el palacio Palais Rohan y la catedral de Estrasburgo. Los huéspedes encontrarán restaurantes y una parada de autobús a las puertas del hotel, mientras que la estación central de tren dista aproximadamente 3 km de este hotel de negocios. El aeropuerto internacional de Estrasburgo se encuentra a unos 6 km.
El hotel cuenta con habitaciones de estilo y decoración únicos, totalmente equipadas con modernas instalaciones privadas. Cada habitación simboliza la elegancia y encanto del pasado, a la vez que proporciona el confort de hoy en día. Disponen de cuarto de baño con ducha, bañera y secador de pelo, cama doble o extra grande, teléfono de línea directa, TV vía satélite y conexión a Internet. Otras comodidades incluidas son caja fuerte, minibar, set de plancha, aire acondicionado regulable y calefacción regulable.
Cada mañana se sirve desayuno de bufet.
Se aceptan American Express, Diners Club, JCB, MasterCard y VISA como formas de pago.
El registro se realiza a las 14:00 horas y la salida, a las 12 del mediodía.
Se trata de una de las realizaciones arquitectónicas más bellas del siglo XVIII francés. La composición noble y clásica de sus fachadas y la decoración suntuosa de sus interiores definen su espíritu y encanto. Transformado en residencia imperial y real tras la revolución, el palacio alberga, desde 1870, el museo arqueológico, el museo de Artes decorativas y el museo de Bellas Artes.