Este íntimo resort es uno de los más elegantes y atractivos de la costa sur de Sri Lanka y ofrece un fantástico santuario de playa a solo ocho kilómetros al sur del enclave de Galle Fort, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se encuentra en una pequeña y recóndita bahía flanqueada por arena dorada, cocoteros y las aguas azul turquesa del Océano Índico. Las habitaciones están elegantemente amuebladas: disponen de cama con dosel de tela blanca, terraza cubierta, porche y mesas privadas donde comer. Los huéspedes pueden disfrutar de un copioso desayuno de fruta tropical, huevos ecológicos, pan casero y cuajada. Para la comida y la cena, podrán saborear marisco fresco a la parrilla y curry de Sri Lanka, así como platos de estilo mediterráneo. Este hotel es una insólita combinación de sencillez y lujo que domina las aguas azul turquesa del Océano Índico, y resulta perfecto para una espectaculares vacaciones.