El ambiente familiar se ha mantenido igual gracias a la nueva generación de los Alimandi que continùan con la administraciòn del hotel. El hotel fue renovado después del Jubileo y ahora se puede disfrutar de un rico desayuno buffet en el jardín precioso de la terraza con vistas a las murallas del Vaticano.
La atracción más importante es su situaciòn; que está justo enfrente de la entrada a los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina.
Todas las habitaciones cuentan con baño privado, aire acondicionado y TV vía satélite. Todas las habitaciones individuales son pequeñas y acogedoras, mientras que las habitaciones dobles y las comunicadas tienen unos 15 metros cuadrados, con una cama de matrimonio. Algunas unidades tiene capacidad para 3 o 4 personas. Los baños están completamente equipados con todas las comodidades necesarias. La decoración es sencilla pero eficaz.
El Estado de la Ciudad del Vaticano, centro neurálgico de la iglesia Católica, destaca también por su gran valor artístico. Las visitas obligadas son la Plaza de San Pedro, la Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos, donde se encuentra la mundialmente famosa Capilla Sixtina.