Este hotel, inaugurado en el 2001, está compuesto por un edificio principal de cuatro plantas y otro anexo de tres, sumando entre ambos un total de 39 habitaciones. Está totalmente climatizado y le garantiza una estancia confortable. En el amplio hall de entrada hay ascensores y un área de recepción abierta las 24 horas del día, que le ofrece servicio de caja fuerte y de guardarropa. También dispone de un bar y un restaurante climatizado. Cuenta con una sala de conferencias y, abonando cargo adicional, conexión inalámbrica a Internet. Los servicios de habitaciones y lavandería (de pago) completan todas estas prestaciones.
Este acogedor hotel está situado cerca de la Place d'Italie y de la Biblioteca Nacional. Enfrente del hotel hay servicio de transporte público y una discoteca. Con el transporte público puede llegar al centro de la ciudad y al museo del Louvre (a tres kilómetros) en unos diez minutos. En los alrededores del hotel también está el famoso barrio latino, con una gran cantidad de bares, restaurantes, tiendas y comercios. Las tiendas más cercanas están a 500 metros y el parque más próximo a unos 700 metros. El aeropuerto de Orly está a una distancia de 10 kilómetros.
Las confortables habitaciones disponen de baño con ducha y secador de pelo, teléfono de línea directa, televisión vía satélite o por cable y conexión a Internet. Además, todas están equipadas con minibar, cama doble o extra grande, moqueta, calefacción y aire acondicionado regulables de forma individual y caja fuerte de alquiler. Se pueden reservar a petición del cliente habitaciones acondicionadas para personas minusválidas o habitaciones de para no fumadores.
Todas las mañanas se le ofrece desayuno en forma de bufet.
Se aceptan todas las tarjetas de crédito actuales, como American Express, Master Card, Visa, Diners Club y JCB.
En su centro se alza la colonne de Juillet, coronada por el famoso Génie de la Liberté, que conmemora la revolución de 1830. Pero la plaza es muy conocida por otra revolución: la de 1789. En esta época, el lugar estaba ocupado por la prisión de la Bastille, símbolo del poder absoluto del Ancien Régime. De esta prisión, destruida después de la Revolución Francesa, no queda nada. Hoy en día, la plaza sirve de marco para grandes eventos populares – conciertos, ferias, marchas ciudadanas – y de punto de encuentro ineludible para los noctámbulos que frecuentan los bares y restaurantes de los alrededores, sobre todo los de la rue de la Roquette.