Dinamarca: Repúblicas Bálticas y Capitales Nórdicas
Repúblicas Bálticas y Capitales Nórdicas
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- Duración
- 11 días
- Tipo de circuito
- Circuito
Tu álbum de fotos tiene un nuevo tomo con imágenes para llenar: las Repúblicas Bálticas y las principales Capitales Nórdicas. Amigo viajero, carga la cámara y empieza a disparar. Nos vamos a Vilnius, donde harás fotos a su excepcional casco histórico, que conserva toda la huella que, desde la Edad Media, ha ido dejando una trepidante historia. Al salir, de camino, empieza a contar cruces en la Colina de las Cruces, ¡donde se calcula que se acumulan más de 100.000! En este cerro sobrecogedor sentirás la esencia de la resistencia lituana contra la ocupación y te irás con una lección de historia bien aprendida: ¿Sabías que el régimen soviético lo destrozó en cuatro ocasiones y trató de prohibir de todas las maneras posibles que siguiese habiendo cruces pero los lituanos desafiaron la represión dejándolas por la noche de forma clandestina? Admirable, ¿verdad?
“La última parada de la estación será Copenhague, donde harás una visita panorámica por los principales puntos de interés de la ciudad y cerrarás tu álbum de fotos con un ‘selfie’ con la Sirenita. ¡Sonríe!”
De camino hacia Letonia, harás una alto en el camino para pasear por los lujosos salones y jardines del Palacio de Rundale. Ya en Riga, descubrirás una ciudad llena de rincones extraordinarios; la Catedral, el Castillo y la Casa de los Cabezas Negras, y la Puerta Sueca, la única que queda en pie de la antigua muralla. Te despedirás de la ruta báltica en la bella e indescriptible Tallin, cuyo casco histórico Patrimonio de la Humanidad donde te esperan más de 1.300 monumentos por contemplar. ¡Prepara tu cámara de fotos! Y desde la capital estonia, tomarás una agradable travesía por el Báltico hasta tu primera capital nórdica: Helsinki, donde podrás visitar la Plaza del Mercado o sus catedrales, o te sentarás en algún animado café para ver a sus gentes pasar. Desde allí subirás a un crucero nocturno hasta llegar al puerto de Estocolmo, una ciudad cosmopolita que conserva todo su encanto milenario en su casco histórico. Y la última parada de la estación será Copenhague, donde harás una visita panorámica por los principales puntos de interés de la ciudad y cerrarás tu álbum de fotos con un ‘selfie’ con la famosa Sirenita. ¡Sonríe!
Vive experiencias únicas
Reconoce que al leer el nombre ya te han entrado ganas de ir a verla: la Casa de las Cabezas Negras. No esperes encontrar cabelleras atezadas decorando un edificio, aunque seguro que te sorprenderá su llamativa fachada con una increíble mezcla de estilos arquitectónicos y artísticos. El nombre procede de los gremios de comerciantes y artesanos de la ciudad unidos en una fraternidad de alto nivel apodada los Cabezas Negras. Ellos lo ocuparon poco después de su construcción en 1334 como lugar de reuniones y banquetes para diversas organizaciones de la capital letona. Entre los Cabezas Negras destacaban unos jóvenes comerciantes extranjeros, mayoritariamente alemanes, que no estaban casados y se dedicaban a transportar mercancías desde muy lejos.
¿Y de dónde viene ese nombre? Pues del hecho de que escogieran como patrón a San Mauricio, que tradicionalmente se representa vestido de negro y con armadura. Esta hermandad ganó mucho dinero y poder y acabó ocupando puestos dominantes en la sociedad y el gobierno de Riga. Esta herencia quedó para siempre en el edificio, que sirvió de residencia temporal y centro de recepciones para el presidente letón. Para entonces ya se había restaurado completamente después haber sido destruido por los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial.
Los lujosos salones del edificio se siguen alquilando para ofrecer recepciones y todo tipo de actos sociales.
Cuando llegues a Riga, te llamará la atención lo bien conservado que está su casco histórico medieval. Pero ahora observa bien los edificios. Si te fijas, muchos de ellos te envian a principios del siglo XX, cuando en Europa dominaba el estilo modernista en la arquitectura. De hecho, la capital letona es la mayor exposición de edificios modernistas de toda Europa, con más de 750 edificios de este estilo.
Y es que a principios del siglo pasado, Riga vivía una etapa de bonanza económica dentro de la Rusia imperial. De hecho, la mayoría de los edificios fueron diseñados y construidos por arquitectos locales, siguiendo las líneas marcadas desde Alemania por la revista muniquesa Die Jugend, que popularizó el estilo Jugendstil (estilo joven), es decir, la versión de habla germánica del Art Nouveau. Todo acabó bruscamente en 1914, cuando la invasión alemana durante la Primera Guerra Mundial frenó la construcción de nuevos edificios e incluso destrozó parte de lo construido.
Si quieres ver el primer edificio modernista de Riga, construido por el arquitecto Aschenkampff en 1899, tienes que visitar la calle Audeju. Fíjate en los detalles, porque en muchos de los edificios encontrarás elementos del folclore letón.
Aviso: este museo va a tocar tu fibra sensible. El Museo de la Ocupación tiene precisamente ese objetivo: arrojar luz sobre la historia reciente de Letonia, marcada por las ocupaciones de regímenes dictatoriales extranjeros. Primero, durante la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas alemanes tomaron por la fuerza el país. Y después cuando concluyeron los combates del mayor conflicto bélico del siglo XX, Letonia comenzó a formar parte de la Unión Soviética hasta que finalmente se independizó en 1991 a raíz de la Revolución Cantada.
En este museo entenderás cómo era la vida de Letonia en esos días de ocupación con detalles sobre la vida diaria, la represión, la resistencia y un homenaje a los caídos y cómo el hecho de vivir casi todo el siglo XX bajo el yugo totalitario ha marcado para siempre el carácter del país.
Todo empezó como una especie de novatada, pero lo cierto es que 20 años después ha conseguido revitalizar el barrio y darle un toque único. Los vecinos de una modesta zona de Vilnius llamada Uzupis ,literalmente al otro lado del río, decidieron darle un nuevo aire a sus calles creando una república ficticia el 1 de abril de 1997 (April Fool’s Day, día de los inocentes anglosajón).
Uzupis tiene su propia bandera, que cambia de color con cada estación del año y siempre muestra una mano con la palma agujereada que simboliza aquello que es imposible de ocultar. La República de Uzupis también cuenta con su propio gobierno, una constitución, un pequeño ejército e incluso una moneda, el Eurozas.
Para acceder a la República de Uzupis, puedes pasar un curioso y ficticio control de pasaportes y dejar que sellen el tuyo. Es un souvenir curioso, ¿a que sí?
La República de Uzupis tiene más de 300 embajadores por todo el mundo y cualquier puede solicitar la ciudadanía, independientemente de dónde resida , así que , si te ves con ganas de ser diplomático o, como mínimo, de tener dos pasaportes, ya sabes.
Enseguida comprobarás que el nombre no es ninguna exageración. De hecho, se queda incluso corto. La Colina de las Cruces acoge desde hace siglos miles de cruces –se calcula que actualmente hay más de 100.000 en toda la zona- y se ha convertido en un lugar de peregrinación religiosa pero también en un símbolo nacional de la resistencia de los lituanos ante el invasor.
Dicen que la tradición de dejar cruces se remonta a la Edad Media, aunque se consolidó realmente como lugar de culto en el siglo XIX. Con el tiempo, la Colina de las Cruces ha multiplicado su simbolismo para representar la lucha de los lituanos contra la represión. Así, durante el régimen soviético, las autoridades de Moscú lo arrasaron por completo cuatro veces, lo declararon zona contaminada de rabia o lo convirtieron en un vertedero. Pero el número de cruces no sólo se recuperaba sino que aumentaba, porque la gente se arriesgaba contra la prohibición y las llevaba a hurtadillas por la noche. Por eso ahora puedes ver cruces de todo tipo y condición, con o sin inscripciones, y todas ellas apiladas en un cerro no demasiado grande, lo que seguro te resultará muy impactante. Así que ya sabes, coge una cruz –o cómprala allí-y colabora a aumentar el mito de la Colina.
No te sorprendas si te cruzas con recién casados o niños recién nacidos. Es tradición que se acerquen hasta la Colina de las Cruces para hacerse fotos de recuerdo y dejar alguna cruz con un mensaje pidiendo salud o fortuna.
Hay muchos motivos para que visites la Catedral Real. En primer lugar, es la iglesia más antigua de Estocolmo. Ya solo por eso, merece que te pases por la catedral de San Nicolás, situada en pleno Gamla Stan (ciudad vieja). En segundo lugar, vas a poder contemplar una preciosa escultura de madera muy bien conservada de San Jorge luchando contra el dragón. Cuentan que el artista alemán Bernt Notke tardó cinco años en completar el encargo de Sten Sture después de su victoria en la batalla de Brunkeberg en 1471 sobre el rey danés. La estatua es un relicario –porque alberga los supuestos restos de San Jorge y otros santos- hecha en maderas nobles y en cuerno de alce.
Y si no te parecen motivos suficientes para visitar la catedral de Estocolmo, échale una ojeada al Vädersolstavlan, considerada como la pintura más antigua de la ciudad… Y eso que es una copia de la original que se perdió hace siglos y databa de 1535. En ella podrás observar el parhelio, un fenómeno meteorológico muy habitual en climas gélidos que consiste en varios reflejos del sol sobre las nubes.
En la visita a la Catedral de San Nicolás tampoco te pierdas el púlpito y su majestuoso altar mayor. Y cuando salgas, dirígete a la pequeña plaza de Köpmanbrinken, en la zona vieja de Estocolmo. Allí encontrarás una réplica de la escultura de madera original de la Catedral.
No esperes una gran estatua que llame tu atención. A La Sirenita no le hace falta eso. Sus 125 centímetros de alto y 175 kilos de peso le bastan y le sobran para ser el símbolo por antonomasia de Copenhague. Su embrujo te va a cautivar desde el primer momento. Esa melancolía que transmite te explica que su historia no tiene nada que ver con la versión edulcorada de Disney, sino que es la tragedia de un amor imposible entre seres de dos mundos. La Sirenita fue un regalo a la ciudad del cervecero Carl Jacobsen, hijo del fundador de la Carlsberg.
Le encargó la obra al artista Edvard Eriksen, que sacó la idea de una representación de La Sirenita por el Ballet Real de Dinamarca en 1909. Dicen que le impactó tanto la actuación de la bailarina protagonista, Ellen Prince, que decidió crear una estatua con este personaje. Eso sí, como modelo escogió a su mujer, Eline Eriksen.
Ser el icono de la ciudad le ha costado a La Sirenita más de un disgusto. La han decapitado dos veces (1964 y 1998), perdió un brazo en 1984, fue pintada de rojo en varias ocasiones y despareció unos días hasta que la encontraron en el mar en septiembre de 2003. Eso sí, además de recibir miles de visitas cada día, ser el símbolo de Copenhague también conlleva otras ventajas, como pasar unos meses en Shanghai para representar a Dinamarca en la Exposición Universal de 2010.
En Copenhague, todos los caminos conducen a Nyhavn. Es el canal más famoso de la ciudad y una de las zonas más bonitas de la capital danesa. No puedes dejar de fotografiar sus pintorescas fachadas de colores que escoltan desde ambos lados a viejos barcos de madera que rememoran el pasado marinero de la ciudad. Antiguamente, aquí vivieron marineros y prostitutas, pero hoy Nyhavn se ha convertido en una de las zonas de ocio de la capital danesa gracias a sus numerosos bares y restaurantes. Así que no lo dudes, date un paseo, escoge un bar y siéntate a tomar algo.
¡Bienvenido al bienvivir! La foto triunfa en tus redes sociales con total seguridad. Para mimetizarte con los daneses, pídete una cerveza –en Dinamarca son muy cerveceros y presumen de tener la que “posiblemente” es la mejor cerveza del mundo, la Carlsberg- y para picar, prueba algo típico de la cocina escandinava como un arenque –ahumado, frito, encurtido... ¡de mil maneras!-. Y si te apetece completar la excursión y el tiempo lo permite –porque en invierno a veces hace tanto frío que se congela el canal- puedes hacer una excursión en barco desde allí para ver Copenhague desde el mar o visitar alguna de las islas cercanas.
Si estás dando un paseo, fíjate bien en el número 18 y 20 de la calle porque allí vivió el escritor Hans Christian Andersen, que escribió algunos de sus reconocidos cuentos, como La Princesa y el Guisante, en este lugar. También tienes que fijarte en que, al principio del canal, hay un ancla: es un monumento que conmemora a los 2.000 marineros daneses que murieron en la Segunda Guerra Mundial.
Descubre el itinerario
- Cena.
- Vilna
- Desayuno. Almuerzo. Cena.
- Vilna
- Panorámica de Vilnius
- Desayuno. Almuerzo. Cena.
- Riga
- Palacio de Rundale
- Desayuno. Almuerzo.
- Riga
- Panorámica de Riga
- Desayuno. Cena.
- Tallin
- Panorámica de Tallin
- Desayuno.Cena
- Estocolmo
- Desayuno. Cena.
- Estocolmo
- Visita panorámica de Estocolmo
- Desayuno.
- Estocolmo
- Desayuno.
- Copenhague
- Desayuno.
- Copenhague
- Visita panorámica de Copenhague
- Desayuno
- Copenhague
Conoce un poco más Escandinavia
La cocina escandinava está marcada por el duro clima de la zona. Como suele ser habitual en las zonas de mucho frío, se apuesta por guisos contundentes de carnes, pescado de alto contenido graso como el salmón o fabulosas sopas. Escandinavia está a la vanguardia de la cocina moderna, con restaurantes tan prestigiosos como el Noma, en Copenhague, pero también es sencillo encontrar menús con platos tradicionales que nos permitirán probar carnes: el alce, el reno o el oso, o incluso frailecillos, en las Islas Feroe. Tampoco podemos olvidar licores tradicionales, como el Brennivín, aguardiente islandés conocido como ‘la muerte negra’, o la cerveza, muy consumida en toda Escandinavia.
Es difícil abandonar Escandinavia sin traerse algún recuerdo en la maleta. Hay decenas de opciones: desde piezas de artesanía como la porcelana y la cerámica danesa hasta souvenirs clásicos como cascos vikingos, pasando por productos de alimentación como licores típicos, salmón ahumado, arenques en conserva, queso o alguna carne ‘diferente’ envasada al vacío.
Tampoco hay que olvidar los productos de diseño, tanto de ropa como de hogar, siempre a la vanguardia mundial, o los souvenirs de lana o de piel de reno o cabra. Además, teniendo en cuenta el clima frío de la zona, podremos encontrar excelentes equipamientos para senderismo, caza y esquí.
En Suecia
1 de enero - Año Nuevo • 6 de enero - La Epifanía del Señor • 1 de mayo - Día del trabajador • 6 de junio - El Día Nacional de Suecia • 25 y 26 de diciembre - Navidad • Viernes Santo: el viernes antes de la Pascua • Pascua: el domingo que sigue a la luna llena entorno al 21 de marzo • Lunes de Pascua: el día después de la Pascua • La Ascensión del Señor: el sexto jueves después de la Pascua • Pentecostés: el séptimo domingo después de la Pascua • Midsommar: el sábado situado entre el 20 y el 26 de junio • Día de todos los Santos: el sábado situado entre el 31 de octubre y el 6 de noviembre.
En Noruega
1 de enero, Día de Año Nuevo • Domingo de Ramos • Jueves Santo • Viernes Santo • Domingo de Resurrección • Lunes de Pascua • 1 de mayo, Día Internacional de los trabajadores • 17 de mayo, Día de la Constitución • Día de la Ascensión (5º jueves después de Semana Santa) • Domingo de Pentecostés (5º domingo después de Semana Santa) • Lunes de Pentecostés • 25 de diciembre • 26 de diciembre.
En Dinamarca
1 de enero, Día de Año Nuevo • Jueves Santo • Viernes Santo • Domingo de Resurrección • Lunes de Pascua • Día de la Oración común (4º viernes después de Semana Santa) • Día de la Ascensión (5º jueves después de Semana Santa) • Domingo de Pentecostés (5º domingo después de Semana Santa) • Lunes de Pentecostés (5º lunes después de Semana Santa) • 5 de junio, Día de la Constitución • 24 de diciembre • 25 de diciembre.
En Finlandia
1 de enero, Día de Año Nuevo • 6 de enero, Día de Reyes • Viernes Santo • Domingo de Pascua • Lunes de Pascua • 1 de mayo, Día del Trabajador • Día de la Ascensión (5º jueves después de Semana Santa) • Domingo de Pentecostés (5º domingo después de Semana Santa) • Víspera y Día del Solsticio de Verano • Día de Todos los Santos (1er sábado de noviembre) • 6 de diciembre, Día de la Independencia • 24 de diciembre • 25 de diciembre • 26 de diciembre.
En Islandia
1 de enero, Día de Año Nuevo • Jueves Santo • Viernes Santo • Domingo de Pascua • Lunes de Pascua • Primer día de verano (1er jueves después del 18 de abril) • 1 de mayo, Día del Trabajo • Día de la Ascensión (40 días después de Semana Santa) • Domingo y Lunes de Pentecostés (7º domingo y lunes después de Semana Santa) • 17 de junio, Día de la Independencia • Día de los Comerciantes y Oficinistas (1er lunes de agosto) • 24 de diciembre (tarde) • 25 de diciembre • 26 de diciembre • 31 de diciembre (tarde).
Los cajeros automáticos se encuentran sin problemas por todos los países y aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard, Maestro, Cirrus, American Express, etc.).
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
No hay ninguna vacuna que sea necesaria. Antes de realizar el viaje, se recomienda contratar un seguro privado. Los ciudadanos de la Unión Europea que dispongan de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) expedida por las autoridades sanitarias de cada país tienen derecho a una asistencia médica imprescindible, y la compañía de seguros no pagará el coste que supere el límite de esta asistencia imprescindible. Si el viajero debe ir al hospital, se recomienda acudir siempre con el pasaporte, la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) y las tarjetas de crédito. Si necesita más información puede ponerse en contacto con los servicios de la Seguridad Social o seguro médico privado de su país. Si requiere viajar o comprar algún medicamento, intente viajar siempre con el embalaje y la receta original expedida por su médico.
Los extranjeros quizá tengan que pagar por adelantado algún tratamiento médico que, posteriormente, les reembolsaran su compañía sanitaria ya sea pública o privada. Para ello, es necesario guardar toda la documentación y facturas originales.