Noruega: Lo Mejor de los Fiordos y Oslo
Noruega, una comunión entre tú y la naturaleza
Explorar circuitoNoruega: Lo Mejor de los Fiordos y Oslo
- Duración
- 8 días
- Tipo de circuito
- Circuito
Viajero, tienes billete a uno de los países más bellos del mundo: Noruega. Donde los fiordos te esperan silenciosos para aumentar la magia de tu travesía y las ruidosas cataratas te anunciarán la llegada a inusuales paisajes. Saca la cámara de fotos porque vas a querer inmortalizar innumerables momentos. Las callejuelas de la bonita Bergen, la segunda ciudad más grande del país… y la más hermosa, con sus casas de madera y colinas con vistas al infinito. ¿Lo ves alrededor? Está rodeada de mar y montañas. La antigua capital del país es una ciudad espectacular, rodeada de colinas y fiordos, entre los que se apilan casas de madera y sinuosas calles que conforman un paisaje que no olvidarás. Centra la imagen y dispara la cámara cuando camines por el viejo barrio de Bryggen, declarado Patrimonio de la Humanidad, y contemples desde lo alto las mejores vistas de la zona. Las panorámicas del Valle de Voss te dejarán fascinado. Busca el famoso Tren de Flam moviéndose entre laderas vertiginosas, túneles y cataratas a lo lejos, como si fuera un coche del Scalextric, hasta llegar a la Región de los Fiordos. Una travesía por el Sognefjord, te regalará el viaje en el fiordo más largo y profundo del país.
“El Geiranger, el fiordo más espectacular de Noruega, se abrirá ante ti en un inolvidable crucero”
Harás senderismo, coronarás tu excursión paseando tú solito por la lengua del glaciar de Briksdal, situado en el Parque Nacional de Jostedalsbreen. Si el tiempo acompaña, te subirás al helicóptero para ver las maravillas de la región como la ven los pájaros que la sobrevuelan. El Geiranger, el fiordo más espectacular de Noruega, se abrirá ante ti en un inolvidable crucero. En la localidad de Lom o Borgund podrás admirar su iglesia nórdica del siglo XII que te sorprenderá. En el Valle de Lillehammer rememorarás el invierno de 1994 donde la ciudad acogió los Juegos Olímpicos de Invierno. Y en Oslo volverás al mundanal ruido y, por qué no, saldrás de copas para dejarte embaucar por su vida nocturna.
Vive experiencias únicas
Dicen que Bergen es la ciudad más bonita de toda Noruega. Y no solo lo aseguran sus orgullosos habitantes, sino que es una afirmación común en todo el país. En un primer vistazo, es probable que entiendas las razones. Bergen está localizada en un enclave fabuloso, rodeada de siete colinas y siete fiordos. Cuando te adentres en sus calles, seguro que ya piensas igual que la mayoría de los noruegos. Pese a ser la segunda ciudad más grande de todo el país, Bergen aún conserva un casco histórico precioso, en el que destaca el barrio de casas de madera y el puerto antiguo de Bryggen, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es la herencia que dejó la etapa de más progreso en la ciudad, bajo el dominio de la Liga Hanseática, cuando era la principal localidad del país gracias a su dominio del comercio.
Para acabar de enamorarte de Bergen, ya sólo te falta pasear por sus calles. Es una gran ciudad pero tiene todo el encanto de los pueblos y, además, una intensa actividad, gracias en parte a la animada vida estudiantil -se calcula que en torno al 10% de sus habitantes son universitarios-. Seguro que, a estas alturas, Bergen ya te ha conquistado, aunque parafraseando a la película Jerry Maguire, ya te tenía con el hola.
Además de su zona monumental, no te puedes perder el bullicioso mercado de pescado, donde podrás probar alguno de los productos típicos de la zona. No todo en Bergen va a ser ideal: el tiempo no es ninguna maravilla y llueve como mínimo 275 días al año, así que conviene que tengas un paraguas o un chubasquero a mano.
Tendrás que caminar, pero desde el primer momento sabrás que merece la pena haberte puesto las zapatillas y haber iniciado el camino. Quizá te sientas pequeño en medio de la inmensidad de un glaciar como el de Briksdal o el de Nigardsbreen. No es para menos. ¡Estás adentrándote en el corazón de un glaciar de miles de años! Así que disfruta y no te pierdas ni un detalle. Te rodean lagos de aguas cristalinas, montañas llenas de nieve, cascadas espectaculares, bosques profundos y ríos de intenso caudal. En tu paseo, llegarás hasta la misma lengua del glaciar, que fluye valle abajo e incluso llega a cubrir los lagos, aunque como sucede en el resto del mundo, está en retroceso como consecuencia del calentamiento global.
Tanto el Glaciar de Briksdal como el de Nigardsbreen son, en realidad, brazos del Glaciar de Jostedal. Con una superficie de 487 kilómetros cuadrados, el Jostedalsbreen es el casquete polar más grande de la Europa continental. De hecho, en algunos puntos alcanza los 400 metros de grosor. Para protegerlo, el gobierno noruego lo convirtió en parque nacional en 1993 y amplió su extensión cinco años después hasta ocupar más de 1.300 kilómetros cuadrados. Y no descartes que aumenten las medidas de protección. ¿A que merece la pena?
Caminar por los glaciares de Briksdal o Nigardsbreen es una experiencia al alcance de casi todo el mundo. No hace falta que tengas una forma física excelente, basta con que puedas caminar tranquilamente durante unas horas. Eso sí, ponte calzado cómodo –algo básico para que te puedas manejar bien en el recorrido-, haz caso a todo lo que indique tu guía y respeta el entorno.
¿Te animas a subirte en el tren más bonito del mundo? Lo dijo Lonely Planet en 2014, que lo calificó como el viaje más bonito que se podía hacer en este medio de transporte. Hablamos del tren de Flam, una obra maestra de la ingeniería del siglo XXI que te permitirá alcanzar los 864 metros con una inclinación de 1:18 que lo convierte en el tren más inclinado del mundo que funciona sin cable ni ruedas dentadas. Y lo mejor, como casi siempre, será el camino.
En los 45 minutos de recorrido vas a poder disfrutar de unos paisajes sublimes: escarpados barrancos, espectaculares cascadas que dejan caer el agua decenas de metros desde montañas cubiertas de nieve y pequeñas granjas de montaña que se agarran a las laderas como si fueran cabras montesas. Y no te preocupes por las fotos, porque te dará tiempo de sobra para hacerlas. Además, hay una parada de cinco minutos en la excepcional cascada de Kjosfossen para que puedas bajarte del tren y hacerte un selfie con total tranquilidad. También podrás caminar durante diez minutos por Myrdal, al final de trayecto. Como verás, en apenas un rato has pasado del fiordo a una inhóspita meseta a casi 1.000 metros de altura. Observa las vistas. Si no es el viaje en tren más bonito del mundo, se le parece mucho…
No hace falta que corras para conseguir un sitio en el tren de Flam. Las vistas son espectaculares desde cualquier lado del vagón.
Cuando hagas un alto en el camino de Lillehammer, tienes al menos dos cosas que hacer. Primero, darte un paseo por su coqueto casco histórico. Y segundo, adentrarte en su historia olímpica. Esta estación de esquí ya era famosa en Noruega antes de 1994, pero a partir de ese momento ganó fama mundial por organizar los Juegos Olímpicos de Invierno de ese año. Desde entonces, Lillehammer es la ciudad olímpica por antonomasia. Aquí se erige el Museo Olímpico de Noruega, un excelente recorrido por la historia de los Juegos Olímpicos desde 1896.
La muestra se encuentra en la gran zona conocida como Olympiaparken, que alberga buena parte de las instalaciones donde se celebraron los Juegos, como el salto de esquí o la pista de hockey sobre hielo. Eso sí, si quieres vivir una experiencia diferente, acércate a Hunderfossen –a 15 kilómetros de la ciudad- para bajar en un trineo con ruedas por la pista olímpica de bobsleigh. ¡Irás a casi 100 kilómetros por hora! Eso sí, los mandos los lleva un piloto experto, que lo primero de todo es la seguridad. Y si necesitas aún más velocidad, opta por los taxibobs, que te bajan desde la montaña en poco más de un minuto a 130 kilómetros por hora.
Nunca estarás solo caminando por el parque Vigeland. Primero, porque es uno de los lugares más visitados de toda Noruega, así que será difícil que no te encuentres a nadie analizando los gestos de las esculturas. Y en segundo lugar, porque esta parte del Parque Frogner es un museo al aire libre donde más de 200 esculturas hechas en bronce, granito y forja te están esperando para contarte sus sentimientos. Así que ya sabes, afina el oído y agudiza la vista para escudriñar los expresivos gestos de las obras del famoso escultor noruego. Busca la más conocida de todas, la famosa figura del niño enojado (Sinnataggen) que está en el puente del parque. Seguro que ya has visto su cara enfadada en multitud de postales de Oslo, pero ¿a que en directo parece aún más cabreado? Suerte que no todas las esculturas tienen este humor…
Otro de los grandes puntos de interés es el Monolito, un gran bloque de granito de 17 metros de alto que contiene 121 figuras desnudas y entrelazadas como si quisieran formar un mismo ser. Y es que el Parque Vigeland es una reflexión sobre la vida, la muerte, el primer amor o la madurez. Así que escucha, siente y deja que el arte te explique, una vez más, el círculo de la vida.
Si quieres conocer más sobre Gustav Vigeland puedes visitar el Museo Vigeland, dentro del parque. El ayuntamiento de Oslo lo construyó como taller y hogar para el artista a cambio de buena parte de su obra (http://www.vigeland.museum.no/en)
¿Sabes por qué el Premio Nobel de la Paz se entrega en Oslo y no en Estocolmo, como los otros cinco? Nosotros tampoco. Porque se desconocen las razones que llevaron a Alfred Nobel, creador de los galardones, a dejar escrito en su testamento que se hiciera así. En ese momento, 1885, Noruega y Suecia aún estaban federadas en una unión que no se disolvería hasta 1905. Cuando ambos países se separaron, se respetó la decisión de Nobel, así que ahora cada 10 de diciembre, los Premios Nobel de la Paz se entregan en el ayuntamiento de la capital noruega. Y para conmemorarlo, desde 2005 Oslo cuenta con un interesante museo sobre el galardón. Busca a Barack Obama, la niña Malala, Rigoberta Menchú, Nelson Mandela, Martin Luther King o a la Madre Teresa de Calcuta.
Sus pensamientos se recuerdan en evocadores vídeos, artículos y hasta se escucha el famoso discurso de Luther King: “I have a dream”. No busques, eso sí, al mejor ejemplo de resistencia pacífica de la historia, Mahatma Gandhi, que nunca recibió este premio. Completa la experiencia en la planta Nobel, donde conocerás la historia del inventor de la dinamita que, arrepentido por el uso que se dio a su invento, decidió dedicar toda su fortuna a crear estos galardones. No te pierdas el libro interactivo situado en el podio de esta sala, sorpréndete en el jardín de luces de la sala The Nobel Field y, si viajas con niños, reserva media hora para la actividad Fred y Toca Loca. Se lo van a pasar en grande (y a aprender) con estos simpáticos animales…
Descubrieron América cinco siglos antes que Colón, exploraron buena parte del mundo y han pasado a la historia por sus incursiones y pillajes, que atemorizaron a buena parte de Europa. ¿Quieres saber más de los vikingos? Pues no te puedes perder el Vikingskipshuset, donde vas a ver las embarcaciones y los trineos donde viajaban, los utensilios domésticos y tejidos que utilizaban e incluso observarás el único carro conservado de la época vikinga. El curioso Museo Naval Vikingo, ubicado en la península de Bygdoy, presume de contar con tres auténticos barcos vikingos con más de mil años de antigüedad que se encontraron cerca del fiordo de Oslo.
Te sorprenderá saber que estos buques servían como mausoleo para los nobles, que eran enterrados con todo lo necesario para su ‘viaje’ al más allá: muebles, comida, joyas y hasta sirvientes... El más impresionante de todos es el Oseberg, de más de 22 metros de eslora y que necesitaba 30 remeros para poder moverse. ¿Te imaginas verlo llegar a un puerto con malas intenciones? ¡Qué miedo!
En la página web del Museo de Historia Cultural puedes descargarte las audioguías para hacer más completa tu visita al museo. También las tienen en español. No te preocupes por la conexión, porque el museo tiene WiFi gratuito.
¿Qué te parece empezar una visita caminando por el tejado? Esta es la revolucionaria idea con la que se construyó la nueva Ópera de Oslo. Se partía de la base de que, en Noruega, escalar montañas y recorrer senderos es lo más habitual del mundo y está abierto a toda la gente que vive o visita el país. ¿Por qué entonces no se podía hacer lo mismo con los edificios? Olvídate de las prohibiciones clásicas para los visitantes, aquello de ‘no tocar’ o ‘no pasar’. Aquí puedes tocar, sentarte, caminar, bailar, hacerte fotos… El tejado de mármol es una parte fundamental de la visita a este flamante edificio, construido en 2008 siguiendo un diseño de los artistas noruegos Kristian Blystad, Kalle Grude y Jorunn Sannes. Así sube a lo alto, date un garbeo y siéntate tranquilamente.
Mira a tu derecha: ¿ves las coloridas casitas de madera sobre los fiordos? ¿A que se merecen una foto para colgar en tus redes sociales? Ahora gira la cabeza y mira a la izquierda. Verás las montañas y colinas que abrazan la capital noruega. Y cuando te hayas cansado de estar al aire libre, entra en el edificio porque vas a encontrar tres espléndidos escenarios, salas públicas, auditorías y un lugar de trabajo para más de 600 artistas de la ópera y el ballet, muchos de ellos abiertos al público. Volverás a ser un niño jugando a tocar, pisar o simplemente explorar cada rincón de este inusual lugar. Y si tienes tiempo, presencia uno de sus espectáculos al aire libre. Toda una experiencia.
Si no te quieres conformar con caminar por el tejado del edificio y quieres ver una representación en su interior, puedes reservar entradas en sus taquillas, por teléfono o en su página web, donde también se pueden consultar las obras: www.operaen.no. Si te basta con ver el interior, aunque no haya actuaciones, puedes realizar un recorrido guiado.
Descubre el itinerario
- Alojamiento.
- Bergen
- Desayuno. Almuerzo. Cena
- Stavanger
- Subida en funicular a la colina Floyfjellet
- Panorámica de Bergen
- Desayuno. Cena.
- Stavanger
- Desayuno. Cena
- Vossavangen
- Desayuno. Cena.
- Sognefjord
- Olden
- Desayuno. Almuerzo. Cena
- Borgund
- Lillehammer
- Oslo
- Desayuno. Almuerzo. Cena.
- Oslo
- Visita panorámica de Oslo
- Desayuno.
- Oslo
Conoce un poco más Escandinavia
La cocina escandinava está marcada por el duro clima de la zona. Como suele ser habitual en las zonas de mucho frío, se apuesta por guisos contundentes de carnes, pescado de alto contenido graso como el salmón o fabulosas sopas. Escandinavia está a la vanguardia de la cocina moderna, con restaurantes tan prestigiosos como el Noma, en Copenhague, pero también es sencillo encontrar menús con platos tradicionales que nos permitirán probar carnes: el alce, el reno o el oso, o incluso frailecillos, en las Islas Feroe. Tampoco podemos olvidar licores tradicionales, como el Brennivín, aguardiente islandés conocido como ‘la muerte negra’, o la cerveza, muy consumida en toda Escandinavia.
Es difícil abandonar Escandinavia sin traerse algún recuerdo en la maleta. Hay decenas de opciones: desde piezas de artesanía como la porcelana y la cerámica danesa hasta souvenirs clásicos como cascos vikingos, pasando por productos de alimentación como licores típicos, salmón ahumado, arenques en conserva, queso o alguna carne ‘diferente’ envasada al vacío.
Tampoco hay que olvidar los productos de diseño, tanto de ropa como de hogar, siempre a la vanguardia mundial, o los souvenirs de lana o de piel de reno o cabra. Además, teniendo en cuenta el clima frío de la zona, podremos encontrar excelentes equipamientos para senderismo, caza y esquí.
En Suecia
1 de enero - Año Nuevo • 6 de enero - La Epifanía del Señor • 1 de mayo - Día del trabajador • 6 de junio - El Día Nacional de Suecia • 25 y 26 de diciembre - Navidad • Viernes Santo: el viernes antes de la Pascua • Pascua: el domingo que sigue a la luna llena entorno al 21 de marzo • Lunes de Pascua: el día después de la Pascua • La Ascensión del Señor: el sexto jueves después de la Pascua • Pentecostés: el séptimo domingo después de la Pascua • Midsommar: el sábado situado entre el 20 y el 26 de junio • Día de todos los Santos: el sábado situado entre el 31 de octubre y el 6 de noviembre.
En Noruega
1 de enero, Día de Año Nuevo • Domingo de Ramos • Jueves Santo • Viernes Santo • Domingo de Resurrección • Lunes de Pascua • 1 de mayo, Día Internacional de los trabajadores • 17 de mayo, Día de la Constitución • Día de la Ascensión (5º jueves después de Semana Santa) • Domingo de Pentecostés (5º domingo después de Semana Santa) • Lunes de Pentecostés • 25 de diciembre • 26 de diciembre.
En Dinamarca
1 de enero, Día de Año Nuevo • Jueves Santo • Viernes Santo • Domingo de Resurrección • Lunes de Pascua • Día de la Oración común (4º viernes después de Semana Santa) • Día de la Ascensión (5º jueves después de Semana Santa) • Domingo de Pentecostés (5º domingo después de Semana Santa) • Lunes de Pentecostés (5º lunes después de Semana Santa) • 5 de junio, Día de la Constitución • 24 de diciembre • 25 de diciembre.
En Finlandia
1 de enero, Día de Año Nuevo • 6 de enero, Día de Reyes • Viernes Santo • Domingo de Pascua • Lunes de Pascua • 1 de mayo, Día del Trabajador • Día de la Ascensión (5º jueves después de Semana Santa) • Domingo de Pentecostés (5º domingo después de Semana Santa) • Víspera y Día del Solsticio de Verano • Día de Todos los Santos (1er sábado de noviembre) • 6 de diciembre, Día de la Independencia • 24 de diciembre • 25 de diciembre • 26 de diciembre.
En Islandia
1 de enero, Día de Año Nuevo • Jueves Santo • Viernes Santo • Domingo de Pascua • Lunes de Pascua • Primer día de verano (1er jueves después del 18 de abril) • 1 de mayo, Día del Trabajo • Día de la Ascensión (40 días después de Semana Santa) • Domingo y Lunes de Pentecostés (7º domingo y lunes después de Semana Santa) • 17 de junio, Día de la Independencia • Día de los Comerciantes y Oficinistas (1er lunes de agosto) • 24 de diciembre (tarde) • 25 de diciembre • 26 de diciembre • 31 de diciembre (tarde).
Los cajeros automáticos se encuentran sin problemas por todos los países y aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard, Maestro, Cirrus, American Express, etc.).
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
No hay ninguna vacuna que sea necesaria. Antes de realizar el viaje, se recomienda contratar un seguro privado. Los ciudadanos de la Unión Europea que dispongan de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) expedida por las autoridades sanitarias de cada país tienen derecho a una asistencia médica imprescindible, y la compañía de seguros no pagará el coste que supere el límite de esta asistencia imprescindible. Si el viajero debe ir al hospital, se recomienda acudir siempre con el pasaporte, la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) y las tarjetas de crédito. Si necesita más información puede ponerse en contacto con los servicios de la Seguridad Social o seguro médico privado de su país. Si requiere viajar o comprar algún medicamento, intente viajar siempre con el embalaje y la receta original expedida por su médico.
Los extranjeros quizá tengan que pagar por adelantado algún tratamiento médico que, posteriormente, les reembolsaran su compañía sanitaria ya sea pública o privada. Para ello, es necesario guardar toda la documentación y facturas originales.