Noruega: Todo Fiordos
- Duración
- 8 días
- Tipo de circuito
- Circuito
Dichosos los que viajen a Noruega porque para ellos será el reino de la felicidad. ¿Ya tienes la sonrisa de oreja a oreja? Estás en Oslo, de ruta hacia la costa noruega, bordeando el mayor lago del país, el Mjøsa, y los preciosos paisajes del Valle de Gudbrandsdal. Vas a parar en Alesund, la bonita ciudad repleta de edificios de estilo Art Noveau construidos tras el incendio que asoló la ciudad en 1904. Una travesía en barco te llevará los fiordos de Storfjord y Geiranger, reconocido como Patrimonio de la Humanidad. Te adentrarás en el glaciar de Briksdal, para caminar por el hielo, hasta llegar al Parque Natural de Jostedalsbreen entre cascadas, ríos y montañas nevadas.
“Te espera una de las aventuras más impactantes de tu viaje: subirte al Púlpito y sentir que nadie es más feliz que tú en ese instante”
Sentirás la felicidad de saberte en el Sognefjord, el Fiordo de los Sueños, el más largo y profundo del país, y contemplar el Valle de Voss hasta Bergen, la antigua capital de Noruega. Dicen que es la ciudad más bonita de la región y tu paseo por su antiguo barrio marinero lo confirmará. Por algo es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco… Volverás a sentir la grandeza de los fiordos de Bjöna y Bokna, cruzarás las islas de Rennesoy y los túneles submarinos de Rennfast hasta llegar a la ciudad marinera de Stavanger. Te espera una de las aventuras más impactantes de tu viaje: subirte al Preikestolen o Púlpito y sentir que nadie es más feliz que tú en ese momento. Y acabarás el viaje en Oslo para gritar de felicidad en el Museo de Munch, el Parque Frogner, el castillo de Akershus o ante los Nobel de la Paz.
Vive experiencias únicas
Descubrieron América cinco siglos antes que Colón, exploraron buena parte del mundo y han pasado a la historia por sus incursiones y pillajes, que atemorizaron a buena parte de Europa. ¿Quieres saber más de los vikingos? Pues no te puedes perder el Vikingskipshuset, donde vas a ver las embarcaciones y los trineos donde viajaban, los utensilios domésticos y tejidos que utilizaban e incluso observarás el único carro conservado de la época vikinga. El curioso Museo Naval Vikingo, ubicado en la península de Bygdoy, presume de contar con tres auténticos barcos vikingos con más de mil años de antigüedad que se encontraron cerca del fiordo de Oslo.
Te sorprenderá saber que estos buques servían como mausoleo para los nobles, que eran enterrados con todo lo necesario para su ‘viaje’ al más allá: muebles, comida, joyas y hasta sirvientes... El más impresionante de todos es el Oseberg, de más de 22 metros de eslora y que necesitaba 30 remeros para poder moverse. ¿Te imaginas verlo llegar a un puerto con malas intenciones? ¡Qué miedo!
En la página web del Museo de Historia Cultural puedes descargarte las audioguías para hacer más completa tu visita al museo. También las tienen en español. No te preocupes por la conexión, porque el museo tiene WiFi gratuito.
¿Sabes por qué el Premio Nobel de la Paz se entrega en Oslo y no en Estocolmo, como los otros cinco? Nosotros tampoco. Porque se desconocen las razones que llevaron a Alfred Nobel, creador de los galardones, a dejar escrito en su testamento que se hiciera así. En ese momento, 1885, Noruega y Suecia aún estaban federadas en una unión que no se disolvería hasta 1905. Cuando ambos países se separaron, se respetó la decisión de Nobel, así que ahora cada 10 de diciembre, los Premios Nobel de la Paz se entregan en el ayuntamiento de la capital noruega. Y para conmemorarlo, desde 2005 Oslo cuenta con un interesante museo sobre el galardón. Busca a Barack Obama, la niña Malala, Rigoberta Menchú, Nelson Mandela, Martin Luther King o a la Madre Teresa de Calcuta.
Sus pensamientos se recuerdan en evocadores vídeos, artículos y hasta se escucha el famoso discurso de Luther King: “I have a dream”. No busques, eso sí, al mejor ejemplo de resistencia pacífica de la historia, Mahatma Gandhi, que nunca recibió este premio. Completa la experiencia en la planta Nobel, donde conocerás la historia del inventor de la dinamita que, arrepentido por el uso que se dio a su invento, decidió dedicar toda su fortuna a crear estos galardones. No te pierdas el libro interactivo situado en el podio de esta sala, sorpréndete en el jardín de luces de la sala The Nobel Field y, si viajas con niños, reserva media hora para la actividad Fred y Toca Loca. Se lo van a pasar en grande (y a aprender) con estos simpáticos animales…
Tendrás que caminar, pero desde el primer momento sabrás que merece la pena haberte puesto las zapatillas y haber iniciado el camino. Quizá te sientas pequeño en medio de la inmensidad de un glaciar como el de Briksdal o el de Nigardsbreen. No es para menos. ¡Estás adentrándote en el corazón de un glaciar de miles de años! Así que disfruta y no te pierdas ni un detalle. Te rodean lagos de aguas cristalinas, montañas llenas de nieve, cascadas espectaculares, bosques profundos y ríos de intenso caudal. En tu paseo, llegarás hasta la misma lengua del glaciar, que fluye valle abajo e incluso llega a cubrir los lagos, aunque como sucede en el resto del mundo, está en retroceso como consecuencia del calentamiento global.
Tanto el Glaciar de Briksdal como el de Nigardsbreen son, en realidad, brazos del Glaciar de Jostedal. Con una superficie de 487 kilómetros cuadrados, el Jostedalsbreen es el casquete polar más grande de la Europa continental. De hecho, en algunos puntos alcanza los 400 metros de grosor. Para protegerlo, el gobierno noruego lo convirtió en parque nacional en 1993 y amplió su extensión cinco años después hasta ocupar más de 1.300 kilómetros cuadrados. Y no descartes que aumenten las medidas de protección. ¿A que merece la pena?
Caminar por los glaciares de Briksdal o Nigardsbreen es una experiencia al alcance de casi todo el mundo. No hace falta que tengas una forma física excelente, basta con que puedas caminar tranquilamente durante unas horas. Eso sí, ponte calzado cómodo –algo básico para que te puedas manejar bien en el recorrido-, haz caso a todo lo que indique tu guía y respeta el entorno.
Dicen que Bergen es la ciudad más bonita de toda Noruega. Y no solo lo aseguran sus orgullosos habitantes, sino que es una afirmación común en todo el país. En un primer vistazo, es probable que entiendas las razones. Bergen está localizada en un enclave fabuloso, rodeada de siete colinas y siete fiordos. Cuando te adentres en sus calles, seguro que ya piensas igual que la mayoría de los noruegos. Pese a ser la segunda ciudad más grande de todo el país, Bergen aún conserva un casco histórico precioso, en el que destaca el barrio de casas de madera y el puerto antiguo de Bryggen, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es la herencia que dejó la etapa de más progreso en la ciudad, bajo el dominio de la Liga Hanseática, cuando era la principal localidad del país gracias a su dominio del comercio.
Para acabar de enamorarte de Bergen, ya sólo te falta pasear por sus calles. Es una gran ciudad pero tiene todo el encanto de los pueblos y, además, una intensa actividad, gracias en parte a la animada vida estudiantil -se calcula que en torno al 10% de sus habitantes son universitarios-. Seguro que, a estas alturas, Bergen ya te ha conquistado, aunque parafraseando a la película Jerry Maguire, ya te tenía con el hola.
Además de su zona monumental, no te puedes perder el bullicioso mercado de pescado, donde podrás probar alguno de los productos típicos de la zona. No todo en Bergen va a ser ideal: el tiempo no es ninguna maravilla y llueve como mínimo 275 días al año, así que conviene que tengas un paraguas o un chubasquero a mano.
¿Qué te parece empezar una visita caminando por el tejado? Esta es la revolucionaria idea con la que se construyó la nueva Ópera de Oslo. Se partía de la base de que, en Noruega, escalar montañas y recorrer senderos es lo más habitual del mundo y está abierto a toda la gente que vive o visita el país. ¿Por qué entonces no se podía hacer lo mismo con los edificios? Olvídate de las prohibiciones clásicas para los visitantes, aquello de ‘no tocar’ o ‘no pasar’. Aquí puedes tocar, sentarte, caminar, bailar, hacerte fotos… El tejado de mármol es una parte fundamental de la visita a este flamante edificio, construido en 2008 siguiendo un diseño de los artistas noruegos Kristian Blystad, Kalle Grude y Jorunn Sannes. Así sube a lo alto, date un garbeo y siéntate tranquilamente.
Mira a tu derecha: ¿ves las coloridas casitas de madera sobre los fiordos? ¿A que se merecen una foto para colgar en tus redes sociales? Ahora gira la cabeza y mira a la izquierda. Verás las montañas y colinas que abrazan la capital noruega. Y cuando te hayas cansado de estar al aire libre, entra en el edificio porque vas a encontrar tres espléndidos escenarios, salas públicas, auditorías y un lugar de trabajo para más de 600 artistas de la ópera y el ballet, muchos de ellos abiertos al público. Volverás a ser un niño jugando a tocar, pisar o simplemente explorar cada rincón de este inusual lugar. Y si tienes tiempo, presencia uno de sus espectáculos al aire libre. Toda una experiencia.
Si no te quieres conformar con caminar por el tejado del edificio y quieres ver una representación en su interior, puedes reservar entradas en sus taquillas, por teléfono o en su página web, donde también se pueden consultar las obras: www.operaen.no. Si te basta con ver el interior, aunque no haya actuaciones, puedes realizar un recorrido guiado.
Es un fenómeno habitual en muchas ciudades marineras: el antiguo astillero renace de sus cenizas y se convierte en la zona de moda de la ciudad. Aker Brygge es un buen ejemplo de ello. Este muelle se ha convertido en una de las zonas más animadas de Oslo gracias a su reinvención como moderno centro comercial con infinidad de bares, restaurantes o tiendas. Así que, querido viajero, date el gustazo de comerte frente al mar unas gambas recién pescadas junto con un panecillo crujiente con mayonesa y un poco de limón.
¡Bienvenido al bienvivir! Para ello, puedes buscar un sitio en alguna de las muchas terrazas de la zona u optar por la opción más tradicional, comprando un puñado de gambas en la Cooperativa de Pescadores. Y para bajar la comida, nada mejor que un buen paseo. Sigue las torres naranjas y podrás disfrutar de un agradable caminar por el paseo del Puerto de Oslo, que se extiende de este a oeste de la ciudad a lo largo de nueve kilómetros. Tú decides cuánto caminas, quizá en función de las gambas que te hayas comido…
Si hace buen tiempo, Aker Brygge es el lugar ideal para pasear y tomar algo. Y difícil será que no encuentres sitio para sentarte, porque los restaurantes de la zona tienen un total de 2.500 sillas en sus terrazas. Sin no te apetece comer ni beber nada, no te preocupes porque también podrás entrar en tiendas de todo tipo y salas de exposiciones y conciertos.
¿Te imaginas explorar el frío Ártico o la helada Antártida sin salir de Oslo? Pues visita el Museo Fram, donde vas a encontrar el navío que te permitirá ponerte en la piel de los grandes exploradores noruegos Fridtjof Nansen, Otto Sverdrup, Oscar Wisting y Roald Amundsen que, entre 1893 y 1912, navegaron en este barco por las gélidas aguas del Ártico y el Antártico. Este navío, considerado como el barco de madera más resistente del mundo, fue diseñado en 1892 por el constructor de embarcaciones noruego Colin Archer. Y está claro que hizo un trabajo excepcional, porque no hay un barco similar que haya llegado más al norte ni más al sur. Y ahora lo tendrás delante de ti, intacto y cargado de objetos originales en su interior.
Además de la nave original, este museo situado en la isla de Bygdøy, muestra abundante material sobre las expediciones polares: trajes, documentos, fotografías, herramientas, etc. ¿Sabías que Fram significa ‘adelante’ en noruego? El nombre le viene al pelo, ¿a que sí?
Quizá te asusten un poco cuando te digan que hay que caminar durante unas dos horas. Pero no temas, es una ruta tranquila y agradable. Y el destino final es fabuloso. Seguro que lo has visto muchas veces en fotos, porque es una de las postales más características de Noruega. ¿De verdad te lo vas a perder?
Se llama Preikestolen o Púlpito y es una formación rocosa cuadrada que permite contemplar desde una preciosa atalaya natural unas fabulosas vistas desde los 604 metros de altura sobre el fiordo de Lyse. Cada año, más de 200.000 personas se ponen calzado cómodo y deciden sudar un poquito para acudir a la llamada de este Púlpito ubicado en Ryfylke, una región de fiordos situada al norte de Stavanger y al este de Haugesund. Y si quieres más vistas estupendas, en esta región vas a encontrar los excepcionales parajes del valle del interior de Ryfylke e increíbles páramos e islas, ideales para caminar o ir en bicicleta.
Sabes que ha merecido la pena darte el paseo, pero seguro que se te ha abierto el apetito. Recuperar fuerzas después de visitar el Preikestolen es una buena excusa para disfrutar con la deliciosa gastronomía de la región. ¿Te apetecen unas empanadas de patata llamadas komler? ¿Y pescado y marisco recién pescado? Prueba también los pasteles gong cocinados a la plancha o el suldalsskinke, un jamón típico de la zona.
Descubre el itinerario
- Alojamiento
- Oslo
- Desayuno, almuerzo y cena
- Nordfjord
- Desayuno, almuerzo y cena
- Geiranger
- Nordfjord
- Crucero por el Fiordo de Geiranger
- Desayuno
- Bergen
- Crucero por el Fiordo de los Sueños
- Ferry Manheller-Fodnes.
- Desayuno
- Stavanger
- Ferry Arsvagen – Mortavika.
- Ferry Hallhjem – Sandvikvag.
- Desayuno
- Stavanger
- Desayuno
- Oslo
- Visita panorámica de Oslo
- Desayuno
- Oslo
Conoce un poco más Escandinavia
La cocina escandinava está marcada por el duro clima de la zona. Como suele ser habitual en las zonas de mucho frío, se apuesta por guisos contundentes de carnes, pescado de alto contenido graso como el salmón o fabulosas sopas. Escandinavia está a la vanguardia de la cocina moderna, con restaurantes tan prestigiosos como el Noma, en Copenhague, pero también es sencillo encontrar menús con platos tradicionales que nos permitirán probar carnes: el alce, el reno o el oso, o incluso frailecillos, en las Islas Feroe. Tampoco podemos olvidar licores tradicionales, como el Brennivín, aguardiente islandés conocido como ‘la muerte negra’, o la cerveza, muy consumida en toda Escandinavia.
Es difícil abandonar Escandinavia sin traerse algún recuerdo en la maleta. Hay decenas de opciones: desde piezas de artesanía como la porcelana y la cerámica danesa hasta souvenirs clásicos como cascos vikingos, pasando por productos de alimentación como licores típicos, salmón ahumado, arenques en conserva, queso o alguna carne ‘diferente’ envasada al vacío.
Tampoco hay que olvidar los productos de diseño, tanto de ropa como de hogar, siempre a la vanguardia mundial, o los souvenirs de lana o de piel de reno o cabra. Además, teniendo en cuenta el clima frío de la zona, podremos encontrar excelentes equipamientos para senderismo, caza y esquí.
En Suecia
1 de enero - Año Nuevo • 6 de enero - La Epifanía del Señor • 1 de mayo - Día del trabajador • 6 de junio - El Día Nacional de Suecia • 25 y 26 de diciembre - Navidad • Viernes Santo: el viernes antes de la Pascua • Pascua: el domingo que sigue a la luna llena entorno al 21 de marzo • Lunes de Pascua: el día después de la Pascua • La Ascensión del Señor: el sexto jueves después de la Pascua • Pentecostés: el séptimo domingo después de la Pascua • Midsommar: el sábado situado entre el 20 y el 26 de junio • Día de todos los Santos: el sábado situado entre el 31 de octubre y el 6 de noviembre.
En Noruega
1 de enero, Día de Año Nuevo • Domingo de Ramos • Jueves Santo • Viernes Santo • Domingo de Resurrección • Lunes de Pascua • 1 de mayo, Día Internacional de los trabajadores • 17 de mayo, Día de la Constitución • Día de la Ascensión (5º jueves después de Semana Santa) • Domingo de Pentecostés (5º domingo después de Semana Santa) • Lunes de Pentecostés • 25 de diciembre • 26 de diciembre.
En Dinamarca
1 de enero, Día de Año Nuevo • Jueves Santo • Viernes Santo • Domingo de Resurrección • Lunes de Pascua • Día de la Oración común (4º viernes después de Semana Santa) • Día de la Ascensión (5º jueves después de Semana Santa) • Domingo de Pentecostés (5º domingo después de Semana Santa) • Lunes de Pentecostés (5º lunes después de Semana Santa) • 5 de junio, Día de la Constitución • 24 de diciembre • 25 de diciembre.
En Finlandia
1 de enero, Día de Año Nuevo • 6 de enero, Día de Reyes • Viernes Santo • Domingo de Pascua • Lunes de Pascua • 1 de mayo, Día del Trabajador • Día de la Ascensión (5º jueves después de Semana Santa) • Domingo de Pentecostés (5º domingo después de Semana Santa) • Víspera y Día del Solsticio de Verano • Día de Todos los Santos (1er sábado de noviembre) • 6 de diciembre, Día de la Independencia • 24 de diciembre • 25 de diciembre • 26 de diciembre.
En Islandia
1 de enero, Día de Año Nuevo • Jueves Santo • Viernes Santo • Domingo de Pascua • Lunes de Pascua • Primer día de verano (1er jueves después del 18 de abril) • 1 de mayo, Día del Trabajo • Día de la Ascensión (40 días después de Semana Santa) • Domingo y Lunes de Pentecostés (7º domingo y lunes después de Semana Santa) • 17 de junio, Día de la Independencia • Día de los Comerciantes y Oficinistas (1er lunes de agosto) • 24 de diciembre (tarde) • 25 de diciembre • 26 de diciembre • 31 de diciembre (tarde).
Los cajeros automáticos se encuentran sin problemas por todos los países y aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard, Maestro, Cirrus, American Express, etc.).
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
No hay ninguna vacuna que sea necesaria. Antes de realizar el viaje, se recomienda contratar un seguro privado. Los ciudadanos de la Unión Europea que dispongan de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) expedida por las autoridades sanitarias de cada país tienen derecho a una asistencia médica imprescindible, y la compañía de seguros no pagará el coste que supere el límite de esta asistencia imprescindible. Si el viajero debe ir al hospital, se recomienda acudir siempre con el pasaporte, la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) y las tarjetas de crédito. Si necesita más información puede ponerse en contacto con los servicios de la Seguridad Social o seguro médico privado de su país. Si requiere viajar o comprar algún medicamento, intente viajar siempre con el embalaje y la receta original expedida por su médico.
Los extranjeros quizá tengan que pagar por adelantado algún tratamiento médico que, posteriormente, les reembolsaran su compañía sanitaria ya sea pública o privada. Para ello, es necesario guardar toda la documentación y facturas originales.