Este apartotel es una alternativa perfecta para los huéspedes que quieran visitar la capital europea de los negocios y el placer. Ofrece servicio de recepción y salida 24 horas. El hotel comprende un total de 25 apartamentos y cuenta con ascensor a las plantas superiores. Los huéspedes pueden disfrutar de una comida en el comedor o dejar sus vehículos en el aparcamiento (de pago).
Este hotel queda a 1,8 km de Canada Square, de la Torre de Londres y del parque de Greenwich. También está a 6 km del centro O2. El apartotel está igualmente bien conectado con el aeropuerto, situándose en el barrio de Canary Wharf-Docklands de Londres.
Estos apartamentos disponen de espacios amplios y modernos, mobiliario interior sofisticado y con mucho estilo, y están perfectamente equipados. Todos están dotados de cuarto de baño privado con ducha, bañera y secador de pelo. Otras comodidades incluidas son camas dobles, TV, conexión a Internet, lavadora y set de plancha. La cocina incluye nevera, hornillo, microondas y cafetera/tetera. Asimismo, la calefacción regulable y el balcón o terraza son características estándar en todos los alojamientos.
Se aceptan American Express, MasterCard y VISA como formas de pago en este hotel.
Canary Wharf es un gran complejo de negocios de Londres, situado en la Isle of Dogs en el barrio londinense de Tower Hamlets. En Canary Wharf se encuentran los tres edificios más altos del Reino Unido: One Canada Square (también conocido como la torre de Canary Wharf) con 235,1 metros de altura y las torres de HSBC y Citigroup Centre, ambas de 199,5 metros de altura. Entre 1802 y 1980, la zona fue uno de los puertos más concurridos mundialmente, llegando a tener hasta 50.000 empleados. Canary Wharf toma su nombre a partir del comercio marítimo tan importante que tenía el Reino Unido con las Islas Canarias que eran un lugar estratégico en el siglo XVI. Durante la Segunda Guerra Mundial, el puerto fue bombardeado y casi todos los depósitos de mercancías fueron destruidos. Tras una breve recuperación en los años 1950, la industria portuaria comenzó a declinar, haciéndolo menos productivo que otros puertos fuera de la ciudad, como Felixstowe o Harwich, provocando el cierre del puerto. El proyecto de remodelación de la zona comenzó en 1981 con el gobierno de Margaret Thatcher