Más que una villa o un hogar, es la mejor definición del Trebbiolo relais, una antigua residencia de campo transformada en un lugar de hospitalidad. Un hogar donde los matices de la recepción, elegantemente discretos, cancelan la idea habitual de una estadía en un hotel. Un lugar, o más bien un espacio, donde todo está armonizado, donde la linealidad de la estructura arquitectónica se asimila con la naturaleza circundante. En el interior, el calor está hecho de detalles naturales.
El Trebbiolo domina un valle amplio y muy largo, salpicado de castillos, iglesias y casas patricias, una ruta de peregrinación medieval a la Vía Franchigena. Los monasterios de Vallombrosa y Madonna delle Grazie del Sasso, no muy lejos, sellan con su presencia la dulce vocación de este valle que persigue, de colina en colina, el perfil azul de los Apeninos.